Luego de encarar algunos títulos notables como “Ciudad de Dios” y “El jardinero fiel”, Fernando Meirelles encara una actualización del clásico “La ronda”, sumando una serie de encuentros fugaces e intensos en Viena, París, Londres, Bratislava, Río de Janeiro, Denver y Phoenix. Así, de manera casual y arbitraria, una joven que coquetea con la prostitución, un ejecutivo, un galerista, un padre con una hija desaparecida, dos rusos con pronóstico oscuro, un ex convicto y alguno más que se suma a este itinerario, donde desfilan nacionalidades, idiomas y soledades. Entre tanta urgencia y vértigo, entre aeropuertos, rutas y estaciones terminales, palpita la necesidad de borrar todo y empezar de nuevo. Algunos van a intentarlo. La narración es errática y si el espectador se distrae, corre el riesgo de perder el hilo y no entender nada. A Anthony Hopkins le bastan unos pocos minutos para revalidar su estatura de actor enorme.