Si hay un género que me fascina y al que encuentro muy dificil de realizar es el drama de estructura coral. Ese que nos cuenta en un comienzo diferentes historias paralelas que a lo largo del relato se van uniendo entre sí y resultan tener más de un punto en común. Con un guión basado en la obra "La Ronda" de Arthur Schnitzler, adaptado por Peter Morgan y dirigida por Fernando Mereilles, llega a las salas "360".
De Morgan podemos decir que ya tenía cierta experiencia al escribir otro libreto de indole coral con Mas allá de la vida, de Clint Eastwood, aunque en aquel film eran solo tres las historias a las que había que prestar atención. Y de Mereilles basta nombrar dos títulos como Ciudad de Dios y El Jardinero fiel (olvidemos la fallida Ceguera) para saber el talento que tiene como realizador.
Si a esto le sumamos nombres como Jude Law, Anthony Hopkins, Rachel Weisz y Ben Foster a la cabeza de un impecable elenco, sin dudas deberíamos estar ante un film cuyo resultado deberia ser más que óptimo. Pero no es así y no por falta de méritos (que los tiene de sobra), sinó porque en este caso se nos presentan demasiadas historias, algunas interesantes, otras no tanto y demasiados personajes que terminan logrando que el espectador no llegue a involucrarse directa o indirectamente con ellos. El sexo, ejercido en este caso por una joven mediante la prostitución (punto en común con Elles, estreno de la semana pasada), es el disparador de una historia con varias subtramas que tocan interesantes temas como el amor, el engaño, la infidelidad, la reinserción en la sociedad, la búsqueda de un ser querido y de un futuro, entre otros.
En el comienzo vemos a una joven en una sesión de fotos que serán subidas a la web y ofrecerán sus servicios sexuales. La acción comienza en Viena y luego se translada a Bratislava donde se da paso a la segunda historia, que es la que protagoniza Jude Law, como un hombre en viaje de negocios y dispuesto a contratar sus servicios. Esto nos conduce a Londres, luego a París y a Colorado, para que al finalizar el relato (después de un giro de 360 grados), nos encotremos donde empezó todo.
La idea no está mal planteada desde el comienzo, sin embargo la lentitud con la que se abordan algunas de ellas, hace que los 110 minutos que dura el film se sientan como si fueran muchos más y otro factor que resulta un tanto engañoso es que el elenco de mayor renombre (Hopkins, Law, Weisz, Foster) tienen participaciones sólidas, pero muy breves, siendo las caras menos reconocidas, los verdaderos protagonistas.
Aunque hay que reconocer que es Ben Foster quien entrega la mejor actuación del elenco interpretando a un ex presidiario recién salido de la cárcel y nos da el momento de mayor tensión del film. Un correcto trabajo de fotografía y una muy buena banda de sonido realzan un poco el relato, pero al finalizar nos queda la sensación de que pudo dar mucho más. A veces, con las buenas intenciones, no alcanza.