Por si alguien se pregunta cuando se estrenó en el país la primera parte de "Extrañas apariciones 2", vale la pena aclarar que fue en el 2009 y lo hizo con el título "Invocando espíritus", aunque si se la perdieron en aquella oportunidad no tienen de que preocuparse, ya que esta segunda entrega no es una continuación, sinó que cuenta una historia completamente nueva. Usando los elementos más clásicos, pero efectivos del género de terror (al igual que Sinister o la saga Insidious), el film que hoy llega a los cines sigue la misma línea de su predecesora al tomar como punto de partida un caso real (la primera parte ocurrió en 1987, la segunda en 1998) para crear una tradicional historia de fantasmas que, si bien no aporta ningún elemento nuevo ni original, no va a defraudar a los seguidores de este tipo de películas. Dirigida por el debutante Tom Elkins (quien supo colaborar en rubros técnicos de títulos como Se busca, Vuelo nocturno y El código Da Vinci), "Extrañas apariciones 2" logra atrapar desde la primer escena y proporciona más de un susto durante la hora cuarenta de duración, aunque muchos de ellos sean producto de un buen trabajo en la edición de sonido. El film no se toma ningún tipo de preámbulo y ya desde el primer minuto vemos a Lisa (Abigail Spencer, de Oz el poderoso y Cowboys vs Aliens) sentada en su cama intentando alejar de su mente a esos fantasmas que acechan en la esquina del dormitorio. Sobre la mesa de luz, un frasco de pastillas nos hace preguntar si en verdad están ahí o son producto de su imaginación. Tras mudarse a una nueva casa en medio del bosque, siempre dentro del estado de Georgia, junto a su hija y su marido Andy (Chad Michael Murray, de la serie One Tree Hill), vemos como la pequeña Heidi también percibe la presencia de un fantasma, un anciano al que sólo ella puede ver y al que llama señor Gordy. La llegada de Joyce, hermana de Lisa, devela lo que en un principio podía haber sido el eje argumental de la historia antes de que se dispare hacia otro punto totalmente diferente, que tanto ambas hermanas, como la pequeña Heidi, nacieron con una especie de ¿don? que les permite ver y comunicarse con seres del más allá, cualidad que también poseía la madre de ambas. La tranquilidad del lugar dará paso a situaciones cada vez más tensas y violentas cuando extrañas apariciones no tan pacíficas como el señor Gordy den paso a una investigación que revelará un oscuro secreto oculto por varias generaciones. El film seguramente se tome demasiadas licencias con respecto a los hechos ocurridos en la vida real a la familia Wyrick, ya que, si bien cumple el objetivo de entretener y seguramente va a provocar múltiples sobresaltos en la platea, cuesta creer que mucho de lo que se ve en pantalla realmente haya sido tal como se cuenta. Pero para quienes quieran acercarse más a la historia verdadera, pueden buscar el documental que en el 2002 realizó Discovery Channel titulado "A Haunting in Georgia". Debido al éxito de la primera parte hace ya cinco años (éxito teniendo en cuenta el bajo presupuesto, claro), se anunciaron dos secuelas totalmente independientes entre sí. La primera ocurrió en Connecticut, la segunda en Georgia y la idea es que la tercera transcurra en Nueva York. Seguramente los productores ya deben estar buscando una historia real que sirva de inspiración para la próxima entrega de una saga que puede seguir por varias películas más, siempre en cuando el nivel no decaiga y el público responda.
Sin dudas el hecho de haber escrito títulos de terror adolescente como la quinta entrega (y para mi gusto una de las mejores) de Destino final, o las remakes de los clásicos de Wes Craven (Pesadilla en la calle Elm) y de John Carpenter (La cosa) le ha permitido a Eric Heisserer lograr un buen manejo de climas donde la tensión y el suspenso son dos factores predominantes que sabe como implementarlos en la medida justa en su debut como director. Horas desesperadas (Hours) es un drama poco pretencioso, simple, pero efectivo, que nada tiene que ver con el clásico de suspenso del mismo título que en 1955 protagonizara Humprey Bogart, ni con su remake de 1990. Si bien parece una película de bajo presupuesto y hecha directamente para el mercado hogareño, está claro que el motivo de su estreno en cines y el mayor poder de convocatoria que vaya a tener la película, seguramente se deba (por más mórbido que parezca) a que cuenta con la última actuación en forma completa del recientemente fallecido Paul Walker, quien al momento de su partida se encontraba en la mitad de la filmación de la séptima entrega de Rápido y furioso. Nolan Hayes (Walker) llega al hospital con su esposa Abigail (Génesis Rodriguez, hija de "El Puma") en pleno trabajo de parto cinco semanas antes de lo previsto. Afuera, la tranquilidad de New Orleans se ve amenazada por la llegada con toda su furia de Katrina, el huracán que en Agosto del 2005 destrozó gran parte de la costa este de los Estados Unidos, causando más de 1800 pérdidas humanas. La preocupación de Nolan es tal, que ni siquiera parece darse cuenta de la magnitud de la tormenta, incluso cuando lo que es el inicio de la destrucción de la planta baja obliga al personal a trasladar a todos los ocupantes un piso más arriba. Tras la espera, la buena noticia de que su hija ha nacido sana llega acompañada de otra, pero trágica: una afección interna y la pérdida excesiva de sangre impidieron a los médicos salvar la vida de su esposa. Tras el shock inicial y sin tiempo para duelo es conducido a la habitación donde se encuentra la recién nacida dentro de una incubadora, ya que al haber nacido prematuramente requiere al menos de 48 hs de respiración asistida Hasta que comience a respirar por si sola. La complicación llega cuando la tormenta obliga a evacuar completamente el hospital, dejando sólo a Nolan al cuidado de su beba, ya que es imposible realizar el traslado de la máquina que la mantiene con vida. "No te conozco" son las primeras palabras que le dice el padre a su hija cuando se quedan a solas en la habitación, pero de a poco, la negación hacia esa desconocida que le arrebató a la persona que más amaba, dará paso a la aceptación y mediante charlas y fotografías iremos conociendo en forma de breves flashbacks parte de la historia de la pareja. Las horas desesperadas del título llegarán para Nolan cuando se produzca el corte de luz en todo el hospital y deba mantener respirando como sea a su hija, ya que solo cuenta con una gastada batería que apenas proporciona lapsos de tres minutos de energía mediante una manivela que tiene que girar una y otra vez a medida que el sueño, el hambre y el cansancio le presentan una dura batalla. Y por si fuera poco, un par de visitas sorpesas llegarán para complicar más la situación. En lo que respecta a la actuación de Paul Walker, si bien está lejos de ser un gran actor, se nota su esfuerzo y sale bastante bien parado del desafío que representa ser prácticamente el único personaje de la película, ya que los pocos secundarios que aparecen (su esposa, médicos, enfermeras, el cocinero del hospital, etc), aparecen por muy breves lapsos y están completamente al servicio del personaje central. No hace falta ser muy inteligente para anticipar el final de esta historia apenas a diez minutos de comenzada y si bien hay un par de escenas que rozan la línea de lo inverosímil, el punto fuerte está, como citaba al comienzo, en el manejo de los climas, ya que si bien es un drama, la tensión y el suspenso están bien dosificados y hacen que los noventa minutos que dura la película pasen bastante rápido. No hay dudas de que Paul Walker va a ser recordado siempre por la saga que lo lanzó a la fama, pero esta despedida pudo ser un buen ejemplo de que podía hacer algo más que manejar autos a gran velocidad.
Así como San Valentín nos invade en cientos de comedias románticas o Halloween hace lo propio dentro del terror, el día de acción de gracias, si bien es una festividad exclusivamente Norteamericana, el cine se ha encargado de que el resto del hemisferio sepa de que se trata y al menos los adolescentes y adultos lo sabemos, no tan así los más pequeños, que es a quienes va dirigido el film. En "Free Birds" ("Aves libres", cuyo título es bastante más apropiado que la traducción local) el director de "Horton y el mundo de los quien" y "Jonah Hex", Jimmy Hayward, nos trae una historia tan colorida y por momentos entretenida, como exclusivamente pensada para el público estadounidense, quien cada año espera ansioso para reunirse en familia a celebrar esta tradición. Reggie (voz en Inglés de Owen Wilson) es un pavo diferente al resto y lo sabe. Mientras los demás se la pasan todo el día comiendo maíz y mirando el sol, el sólo observa a sus dueños para darse cuenta de como éstos aman todo tipo de fiestas y uno de los motivos por el cual lo hacen es porque les encanta comer. Pero hay un problema con una de estas fiestas y es el menú, ya que Reggie es lo suficientemente listo como percatarse de que el plato principal en la mesa del día de acción de gracias es justamente "PAVO". Desesperado, intenta advertir al resto del sus compañeros de que los están engordando con maíz para servirlos en la mesa, pero dado que éstos son bastante menos listos que él, no le creen y para cuando se den cuenta que es cierto, enojados, excluirán a Reggie del grupo dejándolo librado a su suerte. Pero como es tradición que el presidente de los Estados Unidos perdone la vida a un pavo previo a la celebración, nuestro protagonista tendrá la suerte de ser el escogido por su pequeña hija y será llevado a la casa blanca donde vivirá todos tipo de lujos que nunca imaginó. Hasta que el intrépido Jake (Woody Harrelson), una especie de líder de resistencia que logró escapar de una muerte segura y lucha por la liberación de los pavos, intente convencerlo de que hay una máquina del tiempo con la cual deben viajar al pasado (más precisamente a 1621, año en que se llevó a cabo la primer celebración) y así poder salvar al primer pavo que fue servido en una mesa y cambiar el destino de todos los pavos del mundo. Si bien Reggie se rehúsa a seguir sus pasos e intenta engañarlo para escapar de él, accidentalmente terminarán encontrando la máquina y viajarán a la fecha indicada. Hasta aquí y transcurrida la primera media hora, se puede decir que el film entretiene tanto a grandes como a chicos, sin embargo lo que sigue da la impresión de que los guionistas olvidaron de a quienes va dirigida la película, ya que parecen enfocarse más en entretener a los papis que a sus hijos a través de varios guiños cinéfilos que los más pequeños difícilmente puedan captar. En su viaje al pasado, Reggie aprenderá sobre el amor (sí, hay un innecesario interés romántico de por medio), la amistad, la lealtad y efectivamente cambiará el curso de la historia, ya que en su regreso al presente el significado de la palabra "Gracias" a la hora de la celebración ya no será el mismo. En cuanto a la animación, si bien no sorprende ni deslumbra, no hay nada que reprocharle al film y se nota que su director tuvo una buena escuela, ya que colaboró durante años con los estudios Disney-Pixar en títulos como las primeras dos Toy Story, Monsters Inc.,Bichos y Buscando a Nemo, entre tantos otros. El problema es que por momentos la trama se vuelve un poco compleja para el público infantil, sobre todo en los últimos veinte minutos y allí donde los más grandes disfruten las referencias a películas como "Volver al futuro", "Harry Potter y el prisionero de Azkabán" o "Corazón valiente", los más chicos se pueden llegar a desorientar bastante, ya que como ocurrió el año pasado con Monsters University y las fraternidades, el Día de Acción de gracias resulta completamente desconocido para ellos. Y por más que el film mantiene un ritmo acelerado en gran parte de los casi noventa minutos que dura, difícilmente logre que los más chicos no se aburran y llenen de preguntas a los adultos que los llevan a ver una historia que fue pensada para un público en particular, y no es precisamente por estos lados donde lo va a encontrar.
Después de una etapa en donde los falsos documentales con inquieta cámara en mano ya nos estaban cansando con su falta de originalidad y pocos recursos, este 2013 parece haber sido la reivindicación del terror en todos sus aspectos. Ya en la primer semana de Enero se estrenaba, producida nada menos que por Joss Wheldon, esa joyita que fue "The cabin in the woods", sin dudas una de las mayores sorpresas del año. Luego vendrían "Mamá" del Argentino Andy Muschietti, el regreso de James Wan con la muy buena "El conjuro" y la no tan lograda secuela de "Insidious" y hace poco, llegaba una nueva heroína en "You're the next". Sin ser menos y como broche de oro para cerrar este año dentro del género, llega el estreno de "Ritual sangriento" (We are what we are). Si bien es la tercer película que dirige Jim Mickle, al mismo tiempo es la primera de difusión masiva y que llega a nuestro país ya que las anteriores "Mulberry Street" (2006) y "Stake land" (2010) no fueron estrenadas aquí. Remake de la exitosa ópera prima del mexicano Jorge Michel Grau "Somos lo que hay", el mayor acierto de esta adaptación es tomar la idea del film original y cambiar prácticamente por completo el resto de la historia, ya que excepto la escena inicial, lo que sigue se desarrolla de forma totalmente diferente, cambio de roles incluidos. El término "canibalismo" a lo largo de los años ha sido objeto y causante de innumerables producciones clase B que no hicieron más que bastardear el género con típicas historias de adolescentes perdidos en medio de un bosque huyendo de hambrientos y deformes depredadores de carne joven. Era hora de que más allá del doctor Lecter, alguien se lo tomara en serio y nos trajera una trama interesante y con muy buena dosis de suspenso más que de terror, porque más allá de la tremenda escena del final, es el manejo de los climas y la tensión, el punto fuerte de esta adaptación. De la historia, de la cual conviene no adelantar mucho, solo voy a decir que tras la repentina y extraña muerte de su esposa, Frank Parker (Bill Sage) queda al cuidado de sus tres hijos, las adolescentes Iris y Rose (Ambyr Childers y Julia Garner) y el pequeño Rory (Jack Gore), a quien en ocasiones su padre lo deja al cuidado de su vecina Marge, interpretada por una irreconocible y un tanto avejentada Kelly McGillis. Si bien la acción transcurre en un pequeño pueblo donde todos se conocen, llama la atención la desaparición de algunas personas, de las cuales la policía local nunca encontró rastro alguno. Luego de realizar la autopsia a la esposa de Frank, el doctor Barrows (un muy buen Michael Parks) descubre que la difunta sufría de una enfermedad similar al parkinson causada por el consumo de carne humana. Un dato no menor es que la misma hija del doctor es una de las personas desaparecidas. Siguiendo algunas pistas no tardará en darse cuenta de que todas conducen a la casa de los Parker y buscará apoyo en un joven e inexperto oficial, el mismo que siente cierta atracción por una de las hermanas. En comparación con la versión original, el hecho de que en esta ocasión sean menos personajes, vuelve al relato más intimista y ayuda a crear mayor tensión que en su predecesora, en la cual algunas subtramas desdibujaban un tanto el interés. En lo técnico, la fotografía y la música aportan y mucho. Sin dudas, el género se despide de este 2013 de la misma manera en que comenzó, con un muy buen exponente. Queda desear que el 2014 que comienza sea igual de fructífero que este.
Dos comediantes de primera línea y totalmente opuestas, juntas por primera vez en la pantalla grande. Una es un peso pesado (en todo sentido) de la comedia actual, grotesca, disparatada y atrevida, tanto en el cine como en la televisión Estadounidense. La otra es un peso pesado (por trayectoria) de la comedia romántica y si bien ha probado suerte con la acción, el suspenso o el drama, es en éste género donde mejor se desenvuelve y el que más satisfacciones le ha dado en su carrera (con excepción del Oscar que ganó por The blind side, claro). ¿Y que pasa cuando se juntan?. Como en toda pareja los polos opuestos se atraen, por más que suene trillado y a frase hecha les puedo asegurar que juntas son dinamita. Paul Feig (el mismo director de la simpática Damas en guerra) nos trae un film que tranquilamente pudo haber sido una fallida e innecesaria tercera parte de Miss Simpatía, pero que gracias al carisma y la buena química que logran Sandra Bullock y Melissa McCarthy se vuelve una entretenida y por momentos divertida comedia con gran dosis de acción y mucho humor. La agente especial del F.B.I. Sarah Ashburn (Bullock) es astuta, perspicaz, super aplicada y capaz de resolver un caso ella sola encontrando pistas donde ninguno de sus compañeros pueden verlas, lo cual le hace ganar la antipatía de todos ellos. Cuando un alto cargo queda vacante en su trabajo, convencida de que el puesto será suyo, su jefe le dice que si quiere obtenerlo deberá viajar a Boston y colaborar con la policía local en la captura de un grupo de traficantes que están haciendo estragos en el lugar. En cambio, Shannon Mullins (McCarthy) es todo lo opuesto que se puede ser a Sarah. Esta agente del cuerpo policial de Boston es tan justa como para meter tras las rejas a su propio hermano si se lo merece, aunque se gane el desprecio de toda su familia. Es tan intrépida como desprolija, mal hablada, violenta y capaz de caerle a quien sea con todo el peso de la ley encima (literalmente hablando) con tal de capturar a su presa. Obviamente se van a ver obligadas a trabajar juntas por diferentes motivos y lo que al comienzo es un tire y afloje por ver quien lleva la delantera, se termina por convertir en un trabajo en equipo y pasan a formar un dúo dinámico irresistible en el que estas "chicas armadas y peligrosas" unirán sus fuerzas para atrapar a los malos de turno. Sandra Bullock (a quien las cirugías hacen que sea cada vez más difícil captar esa hermosa sonrisa a la que nos tenía acostumbrados) luce cómoda en un papel similar al que ya le hemos visto interpretar y en cuanto a Melissa McCarthy debo reconocer que todo lo que me había disgustado de ella hace unos meses en "Ladrona de identidades", parece haber quedado atrás. No hay dudas de que logró pulir muchos aspectos que en aquella ocasión estaban de más y que en este caso habrían perjudicado a su personaje y hasta cierto punto se logra hacer querible, aunque haga méritos por ingresar al Guines como el personaje que mayor cantidad de insultos dice en un solo film. En conclusión, "The Heat" es una divertida y recomendable película para pasar un grato momento y disfrutar de dos geniales comediantes, que sin dudas va a dejar al público con ganas de más aventuras de esta pareja bien despareja. La buena noticia es que posiblemente una segunda parte esté en camino, aunque haya que convencer a Sandra Bullock ya que con "Speed 2" y "Miss congeniality 2" parece no tener suerte con las segundas partes.
Para muchos no aficionados al rap, el nombre de RZA puede resultar un tanto desconocido, sin embargo este compositor y productor nacido en Nueva York ha estado vinculado al cine a través de la música desde que en 1999 compuso la banda de sonido del excelente film de Jim Jarmusch, "Ghost Dog" (aunque ya había realizado algunas canciones para otros títulos en forma esporádica desde varios años antes). Tras haberse hecho cargo del soundtrack de "Kill Bill" en el 2003, comenzó una relación con el gran Quentin Tarantino que hace que hoy sea el director de Pulp Fiction quien le dé a RZA un empujoncito a la hora de estrenar su ópera prima mediante ese famoso "Quentin Tarantino presenta...". Pero que quede claro que ese presenta no es absolutamente una garantía de que lo que vamos a ver sea un producto de calidad, sinó una ayuda para que este ingreso, este debut tras las cámaras, sea por la puerta grande. Si resulta o no, ya no es su problema. Ahora si la pregunta es si resulta, la respuesta será que a medias, porque lo que para muchos puede resultar un festival de escenas de acción con hectolitros de sangre salpicando la pantalla, para otros no será mas que un guión carente de originalidad y con citas (llámenle referencias, homenajes, plagios o como más les guste) a varios títulos, algunos clásicos de la filmografia oriental entre los que encontramos a "El tigre y el Dragón", "Héroe", "La casa de las dagas voladoras", "Operación Dragón" de Bruce Lee (vean sino la pelea en el espacio de espejos) y porqué no hasta la misma "Kill Bill" ya mencionada, donde se puede decir que Lucy Liu repite el mismo personaje que en aquella. La historia escrita por el mismo RZA junto a Eli Roth, nos trae a varios grupos de guerreros que se enfrentan en un pequeño pueblo de la China feudal por un gran tesoro perteneciente al mismísimo emperador. Cuando a León de Oro (del clan de los leones) se le encarga proteger el oro, inmediatamente es asesinado por el siguiente al mando, león de plata y su hijo jura vengarse. Para eso deberá unir sus fuerzas junto al herrero del pueblo (quien mas adelante será el responsable del título del film) y a un extraño forastero interpretado por un bastante subido de peso Russell Crowe. En medio aparecerán varios personajes, buenos muy buenos y malos muy malos, que harán de esta hora y media que dura el film, un festín de peleas, de escenas ultra violentas, con gran despliegue técnico y visual (La batalla con el clan de los géminis y en La Flor Rosa son brillantes), increíbles coreografías e impecable fotografía, lo cual no es poco decir. El film cuenta con mínimas participaciones de leyendas como Gordon Liu (Pai Mei en Kill Bill) y Pam Grier (Jackie Brown) acompañando a un elenco que no desentona, aunque tampoco es mucho lo que se le exige. Como debut no está mal y hasta puede que empezar desde abajo sea un punto a favor para que en un futuro no sea tanto lo que se espere de este músico devenido en cineasta, pero si RZA tiene pensado dedicarse a dirigir (de hecho tiene dos proyectos a estrenar el próximo año "No man's land" y "Genghis Khan"), son varios los puntos que va a tener que replantearse. Tal vez la próxima vez, ser presentado por un grande como Quentin Tarantino, no sea suficiente.
Antes de empezar a hablar de "Zambezia", cabe mencionar que salvo en contadas excepciones como lo son las películas de Hayao Miyazaki (Japón) o alguna que otra proveniente de Francia (Las trillizas de Belleville, El ilusionista), no es común que se estrenen comercialmente en nuestro país títulos animados que no provengan de los Estados Unidos y de los grandes estudios que dominan el mercado para los más pequeños, por lo cual que llegue a estos lares el primer film animado realizado en Sudáfrica (por Triggerfish animation studios, que comenzó su carrera produciendo publicidad), es toda una hazaña, más allá del resultado final. Apenas comienza la película ya notamos dos importantes referentes en Zambezia. Buscando a Nemo (un hijo aventurero, una madre ausente, un padre sobre protector) y Ga'Hoole (la búsqueda de un lugar sagrado donde las aves puedan vivir en paz). El joven halcón Kai vive apartado y en soledad junto a su padre Tendai, quien se resiste a la idea de que su hijo ya no es un niño y que pronto deberá emprender vuelo propio. Cuando por accidente reciben la visita de una antigua conocida de Tendai, la cigüeña Gogó, se abre una puerta a un pasado que éste había intentado olvidar y ocultar y que despierta la curiosidad del pequeño. Tras una discusión entre padre e hijo, el pequeño decide abandonar el nido y partir a Zambezia en busca de aventuras y de respuestas, sobre su pasado y su madre principalmente. Cuando finalmente llega al lugar se encuentra con un paraíso en donde miles de aves de todo tipo, tamaños y colores conviven en plena armonía y protegidas por el escuadrón de los huracanes, una especie de ejército que protege el lugar y al cual Kai no dudará en unírseles. Pero cuando Tendai se entera de que los Marabúes (especie marginada por el resto) se han unido a un antiguo enemigo suyo, la iguana Budzo, y que planean atacar Zambezia, no dudará en ir a rescatar a su hijo. La historia en si no es un despliegue de originalidad que digamos, pero lo compensa con una bien lograda animación repleta de una exquisita paleta de colores, bellos paisajes y una muy buena banda sonora. La falta de humor y guiños para la platea adulta seguramente hará que quienes acompañan a los menores se aburran un poco y empiecen a mirar de reojo el reloj a la mitad de la proyección. Pero eso no quita que los niños hasta ocho o diez años, la disfruten a pleno. Al fin y al cabo es a ellos a quienes apunta directamente la película. Hay en el medio un interés romántico y un claro mensaje sobre la inclusión de quienes son diferentes, que bien podría ser la moraleja del film, pero la falta de personajes graciosos y un poco más de humor físico que tanto hace reír a los chicos le puede jugar en contra. Por otra parte es una pena no poder disfrutar de la versión original con las voces de Samuel Jackson, Jeff Goldblum, Abigail Breslin y Richard E. Grant, entre otros. Con armas nobles, pero insuficientes para competir con los grandes estudios de animación, Zambezia resulta un digno debut proveniente de Sudáfrica, aunque en el camino quede mucho por recorrer para llegar a las ligas mayores.
(Anexo de crítica) Que gracias a aquella simpática comedia que fue "Damas en guerra" (por la cual obtuvo una nominación al Oscar como actriz secundaria) y a su labor en la serie Mike & Molly (que le hizo ganar un Emmy), hoy en día se considere a Melissa McCarthy como la reina indiscutible de la Comedia Americana, eso nadie lo discute. Que Seth Gordon tenga cierta habilidad para la comedia como lo demostró con "Navidad sin los suegros", "Cómo matar a mi jefe" y dirigiendo algunos episodios de las series "The office", "Community" y "Modern family", tampoco se discute. Y ya que estamos, dudo que quienes hayan visto la serie "Arrested development", o las películas La joven vida de Juno, ¿Cómo sobrevivir a mi ex? o La mentira original, entre tantas otras, pueda dudar del carisma que tiene Jason Bateman frente a la cámara. Todo esto debería ser motivo más que suficiente para que "Ladrona de identidades" sea una comedia divertida o al menos entretenida. La trama (muy previsible) de esta comedia de situaciones, en la que una tras otra se suceden, sin pausa y a cierta velocidad (y poco logradas), nos presenta de entrada a Sandy Patterson (Bateman), empleado corporativo, de buen pasar, casado (nada menos que con la siempre hermosa Amanda Peet), con dos hijas y otra (u otro) en camino. El está a punto de dar el gran paso de abandonar su trabajo para comenzar su propia empresa (junto a otros compañeros disconformes como si fueran Jerry Maguire), pero verá como su presente se derrumba y su futuro pende de un hilo al enterarse de que su identidad fué robada y no sólo instantáneamente ha quedado endeudado hasta el cuello, sino que además, tiene una cuenta pendiente frente a la justicia por un desfalco que no cometió. Por otro lado tenemos a Diana (McCarthy), quien se dedica a tomar "prestadas" identidades ajenas para darse una vida llena de lujos y placeres a costa de los demás. Ella, aprovechando que Sandy es nombre de mujer (por más que él repita una y otra vez que es un nombre masculino), no dudará en hacerse copias de sus identificaciones, tarjetas de crédito y a gastar con toda la fiebre que puedas imaginar los ingresos del clásico empleado en ascenso americano. Pero Sandy no se va a quedar cruzado de brazos y con tal de recuperar su futuro empleo y reputación conseguirá un plazo de una semana y viajará desde Denver hasta Florida en busca de Diana para traerla ante la justicia. Claro, más allá de que sea fácil localizarla, la tarea no va a ser nada fácil. Esto dará inicio a una road movie repleta de situaciones disparatadas, absurdas, que transita entre la comedia y el melodrama social (sí, créanlo!) sostenidas por el carisma absoluto de la protagonista. Jason Bateman cumple bien su labor y hasta sentimos pena del pobre Sandy, en cuanto a Melissa McCarthy ¿que se puede decir?, algo debe tener para convocar del modo que lo hace (sólo en Estados Unidos el film superó los 130 millones en recaudación). En lo personal, este personaje en particular me pareció un estereotipo de su propio recorrido como actriz, con todos sus tics, lados fuertes y flacos. Su "Diana" no puede ser más desagradable, maldice todo el tiempo, vomita, babea, pelea y repite varias veces ese golpe directo al cuello al mejor estilo Liam Neeson en "Búsqueda implacable" (la primera vez es graciosa, las diez restantes, previsibles e innecesarias). Pero todo esto hubiera sido hasta soportable, sino fuera por la aparición de secundarios (entre los que se encuentran Robert Patrick y hasta el director Jon Favreau) quienes no hacen más que entorpecer el viaje, ya que a Sandy también la busca un caza recompensas y una pareja de traficantes. En algunos pasajes (ya dijimos), el film intenta dar paso del humor al drama social, al querer denunciar ciertos manejos ilegales de las grandes empresas y sobre el tramo final trata de dejar un claro mensaje sobre la inclusión, cuanto menos discutible por la forma en que es presentado. La duración, también conspira y puede ser que al final de la proyección, muchas de ustedes añoraren aquella divertida "película de carretera" que fue "Mejor solo que mal acompañado", con los geniales Steve Martin y John Candy y a la cual ésta intenta imitar en más de una oportunidad sin demasiada suerte. Por suerte nos queda el cable, donde la dan bastante seguido y aunque la hayamos visto diez veces, nos sigue divirtiendo. Nos queda esperar que McCarthy alguna vez logre ese nivel como comediante familiar. Seguramente nos llevaremos una sorpresa, porque condiciones, no le faltan.
(Anexo de crítica) Quince minutos es apenas el tiempo que se toma "La Cacería" para presentarnos el conflicto a desarrollarse en lo que queda de las dos horas que dura el film y puede decirse que ese corto lapso es el único momento de paz y tranquilidad que vamos a tener, ya que lo que sigue es una de las experiencias más incómodas, inquietantes y brutales que nos ha deparado el cine en mucho tiempo. Y si alguien sabe como incomodar, ese es Thomas Vinterberg, este director Danés que creara junto a su compatriota Lars Von Trier aquel (hoy desaparecido) movimiento que fué el Dogma 95 y que con "La Celebración" ya nos había entregado una obra tan fuerte, como la que hoy llega a los cines. No es la primera vez que vemos en pantalla una historia en donde una mentira cambia por completo el curso de una o más vidas, (recuerdan "Expiación...", de Joe Wright?), sin embargo La Cacería, lejos de contarnos una historia de amor con bellos paisajes y colores, nos trae un tema tan actual, como controversial, el abuso de menores. Noviembre Lucas, de unos cuarenta años está divorciado y mientras lucha por la tenencia de su hijo adolescente, consigue trabajo en una guardería. Le gustan los niños, juega y se divierte jugando con ellos, los cuida, y si a alguno de ellos sus padres se olvidan de pasar a recogerlo, el no tiene problemas en llevarlo a su casa. Como ocurre con Klara, la hija de su mejor amigo y quien será la que haga estallar esa bomba que acabará con la tranquilidad de este pequeño pueblo. Tras una desilusión y con cierta mezcla de rencor y culpabilidad, Klara de apenas 5 o 6 años (su edad no se menciona) recurre a Grethe, quien esta a cargo del establecimiento y le da a entender con su corta manera de expresarse que Lucas abusó sexualmente de ella. Como primer medida, Grethe hasta no tener pruebas, solo aparta a Lucas de su labor, para luego informar a los padres de los menores y finalmente a las autoridades. Diciembre. La vida de Lucas ya está completamente arruinada, quienes fueron sus amigos hoy le dan la espalda, ya ni siquiera puede comprar en los negocios del pueblo donde solía hacerlo y hasta se le prohíbe ver a su hijo. Es humillado, maltratado física y mentalmente por quienes dan por sentado que una duda puede más que una certeza. Y es ahí donde la mano maestra de Vinterberg más acierta. Cuando más seguros estamos de esa certeza, se las ingenia para hacer brotar en nosotros la duda. Y si Lucas es en verdad culpable? A esta altura poco importa, si una sociedad con la que compartió toda su vida, ya lo condenó. Mads Mikkelsen (a quien podemos ver en cable como el doctor Lecter en la serie Hannibal), logra una actuación realmente brillante, merecedora de los mejores aplausos, su composición de Lucas es tan auténtica que lo hace un digno y merecido ganador en Cannes 2012. Y está Anikka Wedderkopp, esa pequeña y enorme actriz que brilla en cada escena que aparece, con esos gestos, miradas y tic nerviosos que solo una gran intérprete puede plasmar en pantalla. Tal vez el final no sea el mejor que se pueda esperar y eso es lo único que se le puede reprochar a Thomas Vinterberg. Pero sin dudas estamos ante un gran film que merece ser visto para debatir y reflexionar, por más que en frente se estrene un tanque con veinte veces mas pantallas que éste.
Trato de recordar cuando fué la última vez que una película me atrapó desde su primera escena y logró mantenerme así durante todo su metraje, y la verdad no lo sé. Podría decir “Inception”, por citar alguna, y no sería ninguna casualidad. Aquel film de Nolan nos mostraba en un determinado momento una acción que transcurría en un sueño, dentro de otro sueño, dentro de otro, dentro de otro, lo que nos acerca en cierto modo a “Palabras Robadas”, ya que nos presenta tres historias que se suceden del mismo modo, excepto que no son sueños, sino tiempos, épocas y personajes diferentes, pero que guardan cierta conexión que se irá develando a lo largo de los cortos 100 minutos que dura la proyección. Un libro que dá nombre al título original del film "The Words" es lo primero que vemos en pantalla y luego, ante un auditorio repleto, su autor Clay Hammond (Dennis Quaid) comienza la lectura del primer capítulo en el que nos presenta a Rory Jansen (Bradley Cooper), un joven escritor que hace tres años dejó de trabajar para dedicarse a escribir y solo su mujer Dora (Zoe Saldana) parece entenderlo. En su luna de miel en París y recorriendo tiendas de antigüedades ve un viejo maletín de cuero que le gusta y ella se lo compra. Ya de regreso recibe la llamada de un editor que lo cita solo para elogiar su obra que tanto tiempo le llevó escribir, pero que no va a publicar ya que no cree que haya público acorde a esa "obra de arte", como define a su novela. Abandonada la ilusión, va a archivarla en el viejo maletín y encuentra dentro de uno de los compartimientos un viejo manuscrito que luego de leer y maravillarse por semejante obra, la transcribe palabra por palabra y la hace suya. El éxito, la fama, el reconocimiento y los premios no tardan en llegar, así como la aparición de un misterioso anciano que cambiará el curso de esta historia y dará paso a una nueva, momento en el que Clay comienza a leer el capítulo dos y la presencia en el público de una joven llega para crear una nueva incógnita. Es en esta etapa del libro donde Rory conoce a quien dice ser el autor de su novela, un "Viejo" (su nombre no se conoce) interpretado por Jeremy Irons que plasmó en esas páginas una historia de amor, pérdida y dolor que vivió en París a fines de la segunda guerra mundial, dando paso a un extenso flashback, bien logrado, pero tal vez el momento de menor acierto de todo el film en cuanto a lo narrativo. "Todos tomamos decisiones equivocadas en la vida, sólo tenemos que aprender a vivir con ellas"... le dice el anciano a Rory, y las consecuencias están muy bien planteadas en este film que los debutantes Brian Clugman y Lee Sternthal escribieron y dirigieron con gran solidez. Sabemos que une a Rory con el anciano; pero que conexión guardan con Clay y quién es esa joven que atentamente escucha en la platea? Tal vez en el final, que a más de uno puede desconcertar si no se está atento, lo sepamos. En cuanto a las actuaciones, tanto Dennis Quaid como Jeremy Irons y Zoe Saldana están tan bien como pueden estar y de Bradley Cooper solo puedo decir que luego de “Silver Linnings Playbook” y ahora este film, va camino a pertenecer a ese grupo de actores que optaron por dejar de ser solo una cara bonita y mostrar de lo que son capaces de lograr. Tres historias, tres personajes, dos novelas. Un film atrapante, muy bien logrado y con buenas actuaciones. Sin dudas una ópera prima que no hay que dejar pasar por alto