Poner las cosas en su lugar
La segunda película de Sebastián Díaz bien podría considerarse una continuación de su ópera prima. 4 Lonkos: vida, muerte y profanación (2019) se centra en el destino de los restos de tres reconocidos caciques y la desaparición de un cuarto luego de la campaña al desierto que diezmó a los pueblos originarios. Si en La muralla criolla (2017) se veían los engranajes de la maquinaria, aquí somos testigos de la posterior deshumanización de la que fueron víctimas.
Por un minuto imagínense que los restos de un antepasado suyo reposan en una vitrina de Museo. Allí quedarían para que estudiantes y visitantes los vean a través de un vidrio, saquen una foto o comenten con sus acompañantes sobre el esqueleto que tienen delante suyo. Las sensaciones que afloran de tan solo pensar en esa situación estremecen cada parte del cuerpo. A ese espectáculo dantesco se ven sometidas las comunidades que ven cómo sus ancestros están catalogados y marcados con un número de serie como si se tratara de cosas materiales, reliquias de una civilización.
Así se lo explica un líder coya al antropólogo Carlos Martínez Sarasola, una de las voces protagonistas del documental realizado por Sebastián Díaz cuyo tema central es la profanación de las tumbas en las que descansaban los restos de caciques involucrados en la defensa ante el avance del ejército argentino.
De esta manera, nos adentramos en el pensamiento de Francisco Pascasio Moreno (más conocido como el Perito Moreno), fundador del Museo de Ciencias Naturales, quien se ufanaba de su amplia y variada colección de calaveras que llegaron a acompañarlo en viajes por miedo a que se las robaran.
A través de textos leídos a cámara de este y otros pensadores, militares y expedicionarios entenderemos que no solo se trataba de aniquilar y diezmar a la población, sino que el plan también incluía borrar toda huella de humanidad de su cultura y reducir su legado a piezas de museo que, luego de ser estudiadas y catalogadas, sean expuestas a los visitantes.
La restitución de los restos a sus descendientes es el final del viaje de estos guerreros y Díaz pone especial énfasis en la importancia de que vuelvan con sus familiares pero también en la búsqueda de aquellos que como el cacique Vicente Pincén continúan desaparecidos hasta nuestros días.
4 Lonkos: vida, muerte y profanación se destaca por su valor didáctico y, sobretodo, por imprimirle dinamismo a un tema que podría pecar de solemne. Sin embargo, a través de las recreaciones animadas del destino final de los protagonistas, el realizador logra una película interesante desde el punto de vista histórico.