Diaz explora la vida de cuatro caciques (los 4 Lonkos del título -Juan Calfucurá, Mariano Rosas, Cipriano Catriel y Francisco Pincen-) que han tenido una relevancia histórica por su lucha contra el hombre blanco y su masacre contra los pueblos originarios.
Historiadores, escritores, académicos, antropólogos y prestigiosos estudiosos del tema, con más otros testimonios de los descendientes de estos caciques van reorganizando la otra mirada de la historia que plantea Díaz, en donde se intenta deconstruir la imagen gloriosa del Perito Francisco Moreno, quien para algunas páginas de los libros de historia fue un gran científico y naturalista de la iluminada generación del ´80, mientras que el revés de la trama muestra todos los excesos que se han cometido en nombre de la ciencia, profanando tumbas, coleccionando cráneos para finalmente exhibirlos junto con objetos indígenas en el Museo de Ciencias Naturales de La Plata, del que fue fundador y director.
Perito Moreno, junto con Roca y Zeballos, tienen otra historia detrás de la propia historia, y en este sentido “4 Lonkos” compila entrevistas, lecturas de fragmentos de textos históricos y recurre también a la animación, para tomar una voz presente y fuerte en esta reescritura de los acontecimientos.
En este caso apela –demasiado y sin poder desapegarse- a un registro sumamente didáctico, asistiendo a una clase magistral donde el espectador solamente toma los datos que se exponen pero sin demasiada participación en ese juego que debe proponer todo proyecto cinematográfico.
Con explicaciones y relatos de todos los conocedores del tema, reemplaza la dificultad que tuvo que atravesar ante la falta de acceso a material de archivo construyendo este alegato sobre la masacre de los pueblos originarios –mapuches, tehuelches y ranqueles- aunque lo hace con elementos que se suelen utilizarse más para un producto televisivo que para un documental pensado para la pantalla grande.