Bajo el agua
Las comedias románticas son, a mi ver, una de las más difíciles del género. Porque, más allá de tener que cubrir las puntadas que son la base de cualquier construcción (creación de la historia, personajes, atmósferas, etc.) también tiene que tener la suficiente estabilidad para no ser melosa y suficiente agudeza para captar de manera amplia a la concurrencia.
La construcción simbólica es útil para contar la historia del personaje principal, Joaquín, quien está en una encrucijada en su vida, estancado por miles de circunstancias que no puede (o no sabe) resolver. Y son esas cuestiones las que generan empatía a la hora de ver su historia. Con una base estilística que tiene muchos toques de “costumbrismo”, la película no pierde por ello su firmeza y efectividad en el trabajo de la idea narrativa.
Suelo decir (y a veces parece que es un lugar común o una repetición) que una correcta estructura de personajes secundarios genera una subcapa que soporta la idea de conflicto de los principales, actuando como satélite de los primeros y evitando caer en una laguna de la que luego no es posible salir.
Por suerte eso se da en la película que nos ocupa hoy, la cual cuenta con un elenco que cumple muy bien el rol indicado para cada uno, a saber: Victorio D`Alessandro como Joaquín, Maite Lanata, Paula Morales, Mario Pasik, Osvaldo Laport, Patricia Echegoyen, Facundo Espinosa, Gabriela Sari y Alejo Ortiz (estos últimos funcionan juntos de manera excelente)
Con guion de Gustavo Cabaña, Juan Rodríguez, Diego Fried y dirección de Federico Palazzo, Cuatro metros presenta una idea bien desarrollada que a lo largo de su extensión, lleva a Joaquín a través de una serie de pasos en el redescubrimiento de su vida y el nuevo camino por recorrer.
Cuatro metros es una buena comedia romántica con excelente trabajo de guion y dirección, apoyados en la estructura de personajes y elenco.