Nos muestra los conflictos y las crisis de Joaquín (actor y abogado Victorio D’Alessandro, “Sólo el amor”) que acaba de cumplir 38 años, sigue soltero, vive solo, su padre viudo quiere que le dé un nieto, trabaja como cheff en el colegio de su adolescencia, sufre de un zumbido en sus oídos que solo se desprende de este cuando está a 4 metros en el agua, de ahí el título del film. Si analizamos un poco podríamos decir que el contacto con el agua lo relaja, ese contacto da cierta paz, pero también se puede asemejar al vientre materno.
Joaquín mantiene una relación prohibida y riesgosa, ya que está saliendo con una alumna del colegio en que trabaja, Gaby (Maite Lanata, “Bruja”) que tiene tan solo 18 años. Varias situaciones se irán moviendo en su interior, Matías y Silvia amigos y compañeros de escuela se casaron y tienen una pequeña y no tarda en aparecer una tercera en discordia, otra ex compañera llamada María Benítez (Paula Morales, “Amor a mares”) divorciada y madre de un adolescente que solo busca un amor sin compromiso, es decir un amigovio.
Esta comedia romántica describe como puede afectar a veces la crisis de los 40, habla sobre los vínculos y el miedo al compromiso entre otras sensibilidades. Cuenta con un buen elenco, pero no alcanza, tiene un tono meloso, poético, no emociona, tiene ese toque de novela de la tarde, fuera de época y resulta fallida. No es por comparar, pero ya vimos “Pablo en nuestra piel” (1977).