El talentoso director Andrew Haigh (Weekend) pone en escena como protagonista a Charlotte Rampling quien casi siempre compone muy bien sus personajes y suele resultar muy agradable, no me gusta hacer comparaciones pero es algo similar cuando vemos en escena a Norma Aleandro. Dentro de su desarrollo antes de la gran fiesta que celebra la feliz pareja sus 45 años de casados comienzan a surgir una serie de secretos y confesiones. Los personajes principales comienzan a mostrar cierta incomodidad y una varios replanteos. Los protagonistas ofrecen soberbias actuaciones y una clase magistral. Los distintos climas, tiempos, silencios, fotografía, acordes musicales y el seguimiento de la cámara resultan fundamentales para el espectador que sigue cada secuencia con cierta intranquilidad.