Un pueblo Samurái desterrado injustamente emprende su gran venganza.
Esta es una historia japonesa que se desarrolló aproximadamente entre 1701 y 1703, es la leyenda más famosa del código de honor samurái: el Bushidō, se transformo en una leyenda, conocida como “El incidente de Ako”. Resultó tan interesante que fue representada en obras de teatro, otras películas y series para la televisión y animé además de haberse escrito varios libros. Esto se enseña en las escuelas (como cada país habla de sus próceres). La historia de los 47 Rōnin es uno de los episodios de la Historia Japonesa más populares y esta versión cinematografía Hollywoodense dice que aun se les rinde homenaje cada 14 de diciembre.
La película va mostrando a cada uno de los personajes desde la niñez hasta adultez, donde incluye una historia de amor imposible entre Kai llamado “el mestizo” (Keanu Reeves) y la hija de Asano Mika (Kô Shibasaki, “Chakushin ari"), y un hombre de confianza, Ôishi (Hiroyuki Sanada, "Wolverine: Inmortal", "Rush Hour 3"), la mano derecha de Lord Asano. Llegan visitas Shogun Tsunayoshi (Cary-Hiroyuki Tagawa, “El planeta de los simios”), entre otros. Van sucediendo una serie de hechos extraños, pero algo terrible sucede en la noche, un hecho confuso en el que culpan a Lord Asano (Min Tanaka, "Tasogare Seibei") y este se ve obligado a realizar el seppuku, un suicidio ritual para mantener su honor, el de la familia y su tierra; tan fuerte es este hombre que en sus últimos momentos de vida le exige a su hija que no llore y que no la vean llorar y le pide a Oishi que cuide de ella.
Una vez que Lord Asano muere, el Shogun decide unir en matrimonio a Mika con Lord Kira (Tadanobu Asano, “Thor”, “Mongol”) para firmar la paz, pero este se encarga de destruirlo todo, mete en un pozo a Oishi, Kai “el mestizo” quien es vendido como esclavo y se rompe el ejército samurái de Ako. Un año después este sale del encarcelamiento, buscando venganza y recuperar el honor de su pueblo, intenta reunirse con los suyos e impedir el casamiento de Mika. Así se reúnen los 47 samurái incluyendo a Kai este huérfano hijo de un marino inglés y una campesina japonesa, quien fue criado por unos sacerdotes bastante misteriosos y con poderes.
La película pertenece al director debutante Carl Erik Rinsch (video The Gift hizo bajo la visión de Ridley y Tony Scott) y el guión sencillo de Chris Morgan (“Se busca”) y Hossein Amini ("Blancanieves y el cazador"). La historia es puro entretenimiento, con un ritmo vertiginoso, desde los primeros minutos hasta el final, luchando con monstruos gigantes, magia y brujería, batallas entre llamas, misterio, figuras mitológicas, un personaje que toma distintas formas (Rinko Kikuchi, "Titanes del Pacífico2, "Los estafadores), combates cuerpo a cuerpo, seres gigantes, luchas armadas con arco, flecha y espada, efectos visuales impresionantes que los potencian el 3D, grandes coreografías, y todo el resto es previsible. Las actuaciones son correctas: Keanu Reeves un actor a veces inexpresivo, acá está bien; Hiroyuki Sanada, Min Tanaka, Rinko Kikuchi, Kou Shibasaki (“Llamada perdida”), Tadanobu Asano y Jin Akanishi.