Nora planea el último de los quince intentos de suicidio de su vida con la intención de que sea José, su exmarido, quien tenga que hacerse cargo de su cadáver. Ella se suicida sabiendo que Rubén, su único hijo, no está en la ciudad y que, debido a una serie de festividades judías, el entierro no podrá ser llevado a cabo sino hasta dentro de casi cinco días. José se entera que Nora ha muerto sin saber que esta espera de cinco días es en realidad un viaje sin retorno hacia su pasado. A partir de esta experiencia, él tendrá un involuntario e intenso acercamiento a Nora, a su vida con ella, a los secretos que nunca lograron compartirse. Pasará de odiarla con todas sus fuerzas, a darse cuenta que en realidad nunca ha dejado de amarla.
Uno de los principales valores de esta película, que es una comedia negra, es el sutil pero agudo sentido del humor generado por el contraste entre los personajes y sus situaciones, tales como el ateismo de José enfrentado con el contexto religioso en el que deberá llevarse a cabo el velorio, o las arraigadas costumbres cristianas de la nana contrapuestas con las estrictas reglas impuestas por el rabino Jacowitz.
La historia se lleva a cabo en un contexto lleno de choques y contradicciones que se detonan unas a otras hasta generar un inesperado desenlace: el único personaje que logra cumplir todos sus objetivos está muerto desde el inicio de la historia, y aquél que odia con todo su corazón termina por amar con igual o mayor intensidad.