50/50

Crítica de Isabel Croce - La Prensa

Una historia real con amigos

Si a usted le dicen que va a ver la historia real de un chico de veintisiete años, con un cáncer terminal detectado al principio del filme, puede reaccionar de varias maneras. Una de ellas, no entrar al cine; otra, presentir que va a sufrir durante todo la proyección.

Pero nunca se puede imaginar que tendrá varios momentos de humor, escuchará verdades duras pero necesarias y saldrá del cine satisfecho, con optimismo.

Y eso lo logra un guión humano y sólido, un director que huye de las lágrimas y el melodrama y un tríptico de actores estupendos. Se trata del canadiense Joseph Gordon Levitt en el protagónico, Seth Rogen, dúctil actor, guionista, productor y locutor, más la trabajadora compulsiva de "Amor sin escalas", Anna Kendrick.SIN

PREJUICIOS Filme directo y franco, con gags humorísticos, reflexiones adultas y un interesante desarrollo de los personajes principales (los amigos Kyle y Adam)."50/50" es una aproximación sin prejuicios al tema de las enfermedades terminales, hecha con valentía y sentido común.

Con un ritmo ascendente y diálogos atractivos se asiste al desarrollo de una amistad entre seres totalmente opuestos en los que la enfermedad terminal de uno de ellos refuerza la relación y hace madurar al más infantil.La gran Anjelica Houston como la madre del chico enfermo, con el que nunca se llevó demasiado bien, hace una breve y notable intervención para enfatizar el concepto de ""no hay pequeños papeles para grandes actores"", mientras se desenvuelve en un filme de impecables diseño de producción y atractiva música.

Si los jóvenes actores se destacan por sus estilo interpretativos antagónicos, Gordon Levitt es austero, de medidos gestos y Seth Rogen al borde del desborde en cualquier momento; la Kendricks se gana todas las simpatías del público con su sensible terapeuta que se inicia en su carrera con el caso de Adam. Este es un filme que, a pesar de su final convencional, atrapa.