En continuación con las muy buenas comedias que llegaron el año pasado, 50/50 viene a demostrar que este 2012 puede seguir por el mismo camino.
Adam es un joven de unos 27 años que se desempeña como productor en una radio y que ve como su sana vida se trastoca cuando se le detecta un tumor maligno en la columna. Lamentablemente para él el pronóstico no es alentador, ya que tiene las mismas probabilidades de curarse como de morir a causa del raro cáncer que tiene. Allí comienza un largo viaje hacía la recuperación, que incluirá quimioterapia, decepciones amorosas, amistades inquebrantables y distintas experiencias que lo harán sobrellevar de mejor y peor manera su terrible y devastadora enfermedad.
La premisa de 50/50 era bastante arriesgada, porque no era sencillo contar la historia (en tono de comedia dramática) de un muchacho con un mortal y extraño cáncer, sin caer en golpes bajos o banalizando la enfermedad. Aquí Jonathan Levine se encarga de mostrarnos la peligrosidad del cáncer y la cercanía a la muerte del protagonista, pero sin dejar de lado el humor que posee la película contra la enfermedad e inclusive hasta dejando un mensaje hermosamente superador y esperanzador sobre cómo afrontar un padecimiento así. Hay una escena que ejemplifica perfectamente el tono del film y es cuando Adam decide cortarse su pelo para no tener que perderlo en las sesiones de quimioterapia. Esa escena podría haber sido narrada como un ritual terriblemente tortuoso y duro, mientras que en 50/50 fue contada con una total naturalidad y simpleza cómica que termina teniendo un resultado altamente gracioso. Incluso tiene momentos dramáticos muy potentes, logrados, conmovedores y honestos que jamás traicionan la tonalidad bienintencionada de la obra cayendo en el accesible sentimentalismo forzado y barato.
Por otra parte, además de la gran labor narrativa de Levine, Joseph Gordon-Levitt sigue demostrando que es un actor con mucha actualidad y con más futuro. En muchos momentos 50/50 se acomoda totalmente en su figura dejándose estar sobre sus hombros el peso cómico y dramático del film, algo que el actor de la esperada The Dark Knight Rises sortea con soltura y naturalidad. También tenemos como acompañantes en distintos momentos a un gracioso Seth Rogen, haciendo nuevamente de Seth Rogen, a una inspirada Anna Kendrick que demuestra que la comedia le cae perfecto y a la madura Anjelica Huston que se luce en cada aparición.
Por su naturalidad, gracia y su honestidad sentimental 50/50 es un gran estreno que levanta la vara para las comedias que vayan llegando a lo largo de este año que recién comienza.