Para no perderse: “7 cajas”, policial impecable y gozoso
"No te aflijás, una confusión nomás fue", le dice el carnicero a uno de sus socios. Mientras, como la policía está cerca, mandó que un changarín saque de paseo siete cajones por la feria, hasta que vuelva la calma. Y ahí viene la segunda confusión: el changarín equivocado.
Este no es el habitual, sino un simple chico que se detiene fascinado cada vez que ve su imagen en las pantallas de los negocios o el celular de una amiga. Seguramente sueña con verse en la tele. Pero, más que un sueño, puede vivir una pesadilla cuando empiecen a buscarlo unos colegas mal entrazados, la policía, los carniceros, la hermana, un coreano que sigue a la hermana, y encima una muchachita cargosa pero más inteligente. ¿Qué hay en esas cajas? ¿Quizá 250.000 dólares, fruto de un trabajo sucio? ¿Qué clase de trabajo y quién lo hizo? ¿Lo hizo bien, o confundió los elementos de la ensalada?
Gozoso thriller paraguayo hablado en yopará, o guarañol, con subtítulos, "7 cajas" es un entero disfrute de asunto singular, entretenido, de intriga mantenida, ritmo preciso, enredos bien equilibrados e interesantes, personajes memorables, actuaciones impecables, dirección segura, comentario social implícito y final perfecto, que deja al público sonriente, enternecido y admirado. En resumen, un peliculón, del que están por hacer sendas remakes en EE.UU. y la India, y que, paradójicamente, acá se estrena con dos años de atraso y en una sola sala, quizá sólo porque es paraguayo. Pero realmente vale la pena.
Autores, Juan Carlos Maneglia y Tana Schembori, con diálogos de Tito Chamorro. Intérpretes, Celso Franco, Lali González, Mario Toñanez (el policía gordo) y la rubia Liliana Alvarez, Víctor Sosa y Nico García como los malos junto a Paletita y Roberto Cardozo (los carniceros), Nelly Dávalos y Johnny Kim en la parte romántica, y el misionero Beto Ayala.