El vivo vive del sonso.
Esta película en Paraguay resultó ser la más taquillera en su país. Ópera prima del director, productor y guionista paraguayo Juan Carlos Maneglia, junto con su colega Tana Schémbori ellos fundaron en productora en dicho país. Con muy poco presupuesto la filmaron, rodada en una plaza de mercado.
Narra la historia de Víctor (Celso Franco), un joven de 17 años que se gana la vida siendo carretillero en el Mercado 4 de Asunción en abril de 2005, él transporta mercadería con una pequeña carreta, sueña ser famoso. En uno de los puestos de electrodomésticos mira la tele y quiere compararse un celular que le mostró su hermana Tamara (Nelly Dávalos). Este joven como tantos otros necesita trabajar, cada uno tiene sus necesidades, y estas pueden ser: comprar medicamentos para algún enfermo en la familia u alguna otra situación, el empleo es escaso, son muchos los que necesitan dinero, y la demanda es poca.
Pero un día Víctor recibe una propuesta inusual, transportar 7 cajas de las cuales desconoce su contenido, no puede preguntar nada y menos conocer su contenido, le pagarán 100 dólares cuyo billete lo parten por la mitad y la otra mitad se la darán cuando termine el trabajo, él nunca vio un billete de ese valor por lo tanto desconoce cuántos guaraníes son. La necesidad es muy grande, debe cruzar las 8 manzanas que cubre el Mercado y no le resulta fácil porque le roban una de las cajas, otros carretilleros, entre los que se encuentra Nelson (Víctor Sosa); todos están dispuestos a hacer este trabajo, pierde el celular con el que se comunicaba con su contratista, la policía ronda la zona y entre persecuciones de carretilleros, todos terminan siendo cómplices y terminan haciéndose ñembotavy (palabra en guaraní que significa hacerse el tonto). Otros personajes que son parte de la historia son aquellos que lo contratan a Víctor, Luis (Nico García) y Darío (Paletita Closs) y su amiga Liz (Lali González), Alejandra (Liliana Álvarez), entre otros.
El film al encontrarse rodado en las locaciones del Mercado, (casualmente fue en este lugar por contar con muy poco presupuesto) pero este escenario le dio otro dinamismo, resulta atrapante y más realista, como así también las tomas con cámara en mano que le dan eficacia marcando lo que quiere enfatizar, tiene un ritmo estrepitoso, contiene suspenso, tensión, intriga, con toques de humor negro, absurdo, drama y thriller. La trama es sencilla, bien musicalizada, cuenta con una buena idea, muy buena dirección y guión, mantiene al espectador sin saber por varios minutos que contienen las cajas y son muchas las suposiciones: cocaína, oro, dinero, armas, u otros objetos y su desenlace. Las actuaciones en algunos casos son correctas, en otras no tanto.