Dirigida por John R. Leonetti, el mismo que hizo “Anabelle” llega la cuota de terror que siempre tenemos. En este caso una caja china muy particular que advierte, y nadie le hace caso, que cumplirá con los siete deseos aunque el costo que se cobra siempre es sangriento. Pero ya se sabe, en estas películas las advertencias no suelen frenar a los protagonistas… Caja maldita tirada por la madre de la protagonista que luego se suicida, y que reaparece para “compensar” a la chica más impopular que tiene a su padre, ex músico, con la profesión de “cartonero” que la avergüenza. Cada deseo implica un cambio de su realidad y varias muertes. Y en este rubro es donde el argumento se empeña en crear suspenso y delirios con no poco humor negrísimo en cada de una de las desgracias. A tal punto que ese es el mejor condimento del film. Lo demás es obvio, previsible.