Siete Deseos recicla una historia muy conocida con una pobre ejecución por parte de un director de dudosa calidad. Lo que debería ser terrorífico se vuelve hilarante.
La estructura básica de la historia de 7 Deseos es bastante conocida. La Pata de Mono, de W.W. Jacobs nos habla de un objeto sobrenatural que concede deseos a su portador pero por más beneficios que uno consiga, esos deseos vienen con un terrible costo personal. Aquí el director es J. R. Leonetti, cineasta detrás de algunos bodrios inmirables como Mortal Kombat: Annihilation (1997) y Wolves at The Door (2016). También es el responsable de The Butterfly Effect 2 (2006) una aberración cinematográfica que fue directo a DVD. Hasta el momento su film más exitoso —pero no por eso bien recibido— fue Annabelle (2014), ese spin off de la infinitamente superior The Conjuring (2013) de James Wan.
Con estos pergaminos es imposible que de 7 Deseos pueda esperarse algo bueno, pero el film tiene una sorpresa bajo la manga. Es una película de terror tan mala que te hace reír a carcajadas.
Clare Shannon (Joey King) tuvo que atestiguar el suicidio de su madre a una temprana edad. Años después es una típica adolescente que debe sobreponerse a la vida de escuela secundaria. Su condición de pobre y su padre recolector de basura la hacen un blanco fácil para el bullying por parte de las chicas populares de la escuela. Un día su padre le regala un “tesoro” que encontró entre los desechos.
Una extraña caja de música de origen chino que promete conceder deseos a su portador. Clare duda al principio, pero una vez que descubre que sus efectos son reales, utiliza sus deseos para obtener todo lo que siempre deseó: dinero, popularidad, respeto, un buen presente para su padre, al chico más lindo del colegio, etc.
Pero por cada deseo que Clare pide, misteriosas (e hilarantes) muertes suceden a su alrededor. Clare deberá unirse a su conveniente amigo asiático para descubrir los secretos y la historia de la caja que oculta una terrible maldición. 7 Deseos falla por la mala ejecución de su premisa. Al ser una película calificada como PG-13 debe ahorrarse toda la sangre que debería abundar en este tipo de producciones (films de terror de bajo presupuesto) para ponerle un poco de “picante” a la historia simplona y poco elaborada.
El film apenas cuenta con un par de jump-scares y nada más. Los mejores momentos de la película se encuentran en las escenas de muerte, todas tan ridículas y mal hechas que resultan muy graciosas, algo que seria muy valorable si esta película fuera una comedia o una sátira de terror, pero es un film que se toma en serio a si mismo (o por lo menos lo intenta).
7 Deseos es una película para ver en casa, en una juntada de amigos haciendo una maratón de esos films tan malos que son buenos. Ideal para meter en el medio entre The Room (Tommy Wiseau, 2004) y Un Buen Dia (Nicolas del Boca, 2010). Un triunfo del consumo irónico.