Postales caribeñas
Como antes Nueva York, París y Tokio ya habían tenido sus películas episódicas, ahora es La Habana la que recibe su tributo cinematográfico con un conjunto de siete cortometrajes dirigidos por directores de la talla de Laurent Cantet, Benicio Del Toro, Elia Suleiman, Gaspar Noé, Julio Medem, Juan Carlos Tabío y Pablo Trapero.
Que el resultado iba a ser irregular, se caía de maduro desde el momento en que son historias independientes, cuyo único aspecto en común es que transcurren en la hermosa y decandente zona de La Habana Vieja (hay algunos personajes que también se repiten).
Los cortos de Del Toro (El Yuma, a puro pintoresquismo y corrección política para describir el encuentro entre un joven actor estadounidense y un travesti) y de Noé (Ritual, sobre -prescisamente- un ritual que le hacen a una joven porque ha mantenido una relación lésbica) son malos, pero el de Medem (La tentación de Cecilia, sobre una cantante casada con un beisbolista que es tentada por un empresario español para emigrar y tener en Europa una carrera exitosa) es lo peor ya no sólo de este conjunto sino de todo lo que vi en el año. Una vergüenza en todos los sentidos imaginables.
El mejor es Diary of a Beginner, con el gran Suleiman jugando a ser Jacques Tati, riéndose con onda de Fidel Castro y Arafat, observando sin decir una palabra pero con punzante ironía las contradicciones de la sociedad cubana. Notable. Y es muy bueno también Jam Session, de Trapero, que describe la llegada de Emir Kusturica para recibir el premio Coral a la trayectoria en el Festival de La Habana y cómo luego se van con su chofer (que resulta ser un eximio trompetista) a una jam session, donde nacerá una fuerte amistad. El corto más compacto y con menos clichés del conjunto.
El cierre es con dos propuestas bastante dignas: Dulce amargo, del local Tabio, sobre una psicóloga que da consejos en un show televisivo y se gana la vida haciendo pasteles; y La fuente, de Cantet, sobre una mujer que decide organizar una ceremonia en honor a Oshun con la ayuda de sus vecinos.