Siete días en La Habana es una película similar a lo que fueron en el último tiempo otras producciones como New York, I love You y Paris Je T´aime, con la particularidad que el escenario principal de esta obra es Cuba.
Estas producciones para mi son como las antologías de cuentos en la literatura, donde te podés encontrar con cualquier cosa.
Es decir, podés disfrutar de muy buenos relatos, otros olvidables y otros que no se entienden directamente como llegaron a ser concebidos.
Todo es posible.
En el caso de esta producción el nivel general es bastante pobre salvo por el trabajo de un par de directores que no se olvidaron que el motivo principal por el que viajaron a La Habana era para narrar un corto.
El otro inconveniente es que en la gran mayoría de las historias retratan una visión turística de Cuba más cercano a una promoción de una agencia de viajes que a una producción que explora esa cultura.
El corto de Pablo Trapero por ejemplo es bastante malo.
Seguramente la pasó bárbaro junto a Emir Kusturica en La Habana pero la verdad que en You Tube hay cortos amateurs con más contenido.
Su historia no conduce a ninguna parte y salvo por el solo de trompeta que toca un personaje, que es un lindo momento del film, la historia que narra es completamente olvidable.
Lo mismo ocurre con el corto de Benicio del Toro con el que abre la película que presenta un par de personajes interesantes para dejar todo en la nada.
De todos modos, hubo directores que hicieron un buen trabajo.
El niño caprichoso del cine, Gaspar Noé (Irreversible), acá brindo una buena labor y es uno de los pocos realizadores de esta antología que se preocupó por narrar una historia interesante que se concentra en los personajes, más que en filmar la callecitas de La Habana que también las podes ver en un programa del Sun Channel.
Noé cuanta la historia de un matrimonio que deciden exorcizar a su hija cuando descubre que la chica es lesbiana.
No es una maravilla pero si un progreso frente a los cortos que uno venía viendo hasta ese momento.
Los directores que más se destacaron en este film por afano son el cubano Juan Carlos Tabío y el francés Laurent Cantet (Recursos Humanos, El empleo del tiempo), quienes fueron los únicos que con sus trabajos evitaron los clichés del retrato turístico de Cuba.
Las historias de ellos “Dulce Amargo” (Tabío) y “ La fuente” ( Cantent) son dos historias interesantes que sobresalen por haber capturado con mucha precisión la vida cotidiana de la gente que vive en la ciudad donde transcurre el film.
Salvo por estos dos cortos, si bien todas los relatos están muy bien realizados, en términos generales esta antología es bastante olvidable porque perdieron la posibilidad de sacarle jugo a una cultura y un país interesante.