Un mosaico que si bien sabe cuándo eludir lo turístico, pierde interés a mitad de camino
¡¡¡AZUCAAA!!!
Perdón, tenía que hacerlo.
Cuando el editor-en-jefe me pasó la invitación de prensa de esta película, inmediatamente pensé que me estaba por comer un folleto turístico de 129 minutos sobre la belleza de Cuba. Afortunadamente, el título en cuestión elige meterse menos en lo turístico y más en lo autóctono.
Ya que es un compilado de cortos, reseñaré cada uno individualmente:
EL YUMA de Benicio del Toro
¿De qué la va?: Un actor visita Cuba para estudiar cine, y al trabar amistad con su chofer se adentra en la noche cubana con el objetivo de conquistar mujeres.
¿Y qué tal?: Benicio del Toro se las ingenia bastante bien detrás de la cámara. No para decir “A la mierda, dirige tan bien como actúa”, pero creo que con unos cortos más va a estar listo. Sabe mantener el pulso, se vale de sus truquitos visuales y aunque tiene un final satisfactorio a medias, la vuelta de tuerca que lleva al mismo es interesante.
JAM SESSION de Pablo Trapero
¿De qué la va?: Emir Kusturica visita Cuba con motivo de un festival de cine, pero decide saltearse el cocktail y acompaña a su chofer a ver la banda de Jazz donde éste último toca.
¿Y qué tal?: No ponen ningún cartel que lo indique, pero te das cuenta al toque que este es el corto de Trapero. Tiene sendos planos secuencia; hasta hay uno que está filmado de la misma manera que el final de Carancho. En la mezcla de sonido hay mucha atención al detalle; por más fuerte que oigas la trompeta, llegas a oír claramente el ruido de la digitación del instrumento. No hay mucho conflicto, pero lo que garpa el corto es la actuación de Kusturica, que se ríe de sí mismo de una manera descomunal, y la relación que establece con su chofer.
LA TENTACION DE CECILIA de Julio Medem
¿De qué la va?: Un joven empresario español se enamora de una cantante de lounge cubana y se la quiere llevar para su país. El problema es el noviazgo de la mencionada cantante con un beisbolista venido a menos.
¿Y qué tal?: De todos los cortos, es lejos el mejor; a nivel guión, actuación y dirección; todo esto por no decir un montaje exquisito. El único de todos con un conflicto concreto, sostenido y un desarrollo satisfactorio.
DIARIO DE UN PRINCIPIANTE de Elia Suleiman
¿De qué la va?: Un turista palestino espera que su embajada le concrete una entrevista.
¿Y qué tal?: EM-BO-LAN-TE. A partir de acá la peli, como un todo, se empieza a ir a pique. Este segmento no es otra cosa que el mencionado Suleiman caminando de aquí para acá, mirando a cámara con cara de culo, contraplanos de lo que está viendo que no tienen ninguna relevancia, y estar parado en un cuarto de hotel, como mosca en un bizcocho, viendo un discurso de Fidel Castro. No pasa nada. Nada de nada, nada de nada de nada. Es más, hay tanta nada, que no te sorprendas si de repente empezas a pensar en el traste de Ned Flanders (y su correspondiente reacción “Estúpido y Sensual Flanders”).
RITUAL de Gaspar Noé
¿De qué la va?: Una chica empieza un affaire lésbico. Sus padres la agarran en la cama con su nueva amante, y deciden practicarle un complejo ritual de exorcismo.
¿Y qué tal?: Otro corto en el que te das cuenta al toque quien lo hizo, la música fuerte y el uso de cortar a negro entre planos hacen acordar a la estética de Irreversible. Pero del corto en concreto, se puede decir que la forma en la que Noé presenta el romance y el cómo los padres de la protagonista descubren el mismo son excelentes ejercicios de cómo narrar únicamente con imágenes. Ahora si, a partir de ahí, el corto cae en picada para volverse lento, monótono y aburrido casi al punto de ser un somnífero para el espectador.
DULCE AMARGO de Juan Carlos Tabío
¿De qué la va?: Una psicóloga, que a pesar de que tiene un espacio en la televisión sobre el desarrollo personal, tiene un pequeño negocio de repostería. El corto no solo circunda sobre las dificultades que enfrenta al tratar de cumplir con un pedido grande, sino también con el hecho de que su hija quiere dejar Cuba en una Balsa.
¿Y qué tal?: Aunque sus personajes son pintorescos, y tira alguna que otra humorada al retratar una historia sencilla, su trama no logra suscitar ni sostener el interés del espectador.
LA FUENTE de Laurent Cantet
¿De qué la va?: Una anciana tiene un sueño en el cual una Virgen le pide construir una fuente en su honor. El problema es que vive en un apartamento, y construir la fuente dentro del mismo significa un dolor de cabeza para su familia y sus vecinos; sobre todo por las detallistas y extravagantes exigencias de la anciana.
¿Y qué tal?: Ídem Dulce Amargo.
Conclusión
Aunque hay talento en los directores invitados, el film como un todo pierde fuerza e interés a mitad de camino. El producto alega sostener una continuidad dramática ––cosa que solo se ve en dos de los cortos–– cuando no podrían ser, narrativa y estéticamente hablando, mas diferentes entre sí. Las tres primeras propuestas están perfectas; las otras, entre el tedio y la confusión, no se salvan en los más mínimo. La suma de diferentes estilos narrativos es una propuesta interesante, pero el orden de presentación elegido no fue precisamente el mejor.