Una comedia "diferente" y redonda
Lo primero que llama la atención de "Ocho apellidos vascos" (España, 2014) es que a pesar de sus localismos, Emilio Martínez-Lázaro, su director, cosntruye una historia de amor universal basada en las diferencias entre varias personas.
Mucho de pinta tu aldea y pintarás tu mundo hay en esta comedia que viene con el antecedente de ser una de las películas más taquilleras de la madre patria.
La historia es sencilla, Rafa (Dani Rovira), es un ejemplar machista de la raza "española" que se topa por casualidad con Amaia (Clara Lago), una vasca, que por casualidad se encuentra en Sevilla celebrando su despedida de soltera.
Entre copas, muchas, ambos se conocen y se dan cuenta de a poco que las diferencias abismales que los distancian, en realidad los unen más que separarlos.
Pero mientras se recuperan de sus borracheras, y tras la huida de Amaia, sin saberlo, y al dejarse ella la cartera en la casa de Rafa, éste llama al padre de ella (Karra Elejalde), quien se entusiasma tanto con la comunicación que decide regresar al país vasco para verla.
Pero Rafa no se da por vencido con Amaia, y pese al rechazo de ésta, y de saber que la joven está a punto de casarse con otro, decide ir a su casa para convencerla de que él es lo mejor que le puede pasar en su vida.
En el proceso, Amaia es abandonada en el altar y para evitar que su recién llegado padre se entere de su fracaso personal, decide aceptar la visita de Rafa como una oportunidad para engañar al padre.
Pero de acerrimo enemigo de los vascos, Rafa deberá de un instante para el otro, transformarse en un vasco más, para así engañar al padre y también intentar ganarse el corazón de Amaia.
El gag efectivo, el cuerpo como escenario de la comedia, la simpleza de los diálogos, y la exacerbación de las características de los vascos versus los republicanos hacen que "Ocho Apellidos Vascos" funcione de principio a fin, porque Martínez-Lázaro sabe el material que posee para generar una de las comedias más entretenidas y entrañables de los últimos tiempos.
Rovira, Ejalde, Lago y Carmen Machi, como la madre "vasca" de Rafa, hacen de sus papeles una fiesta que despierta una empatía inmediata en cada escena en la que aparecen.
"Ocho Apellidos Vascos" hace todo bien en un momento en el que la abulia, el formulismo y, claro está, la universalización de los discursos, terminan generando comedias aburridas y lavadas. Desopilante.
Puntaje: 9/10