Ocurre con cierta frecuencia que el título local de una película difiere significativamente del original. A menudo son razones comerciales las que explican tales modificaciones. No es el caso de “Source Code”, que aquí se conoce con el nombre mucho más explícito de “8 minutos antes de morir”. Podrá quizás criticarse esta denominación que devela ya antes de ver el film algo de la trama. Pero no se trata de nada muy grave puesto que apenas transcurridos unos pocos minutos ya se menciona dicho lapso de tiempo. Por otra parte era razonable el cambio de nombre dado que el original, que se refiere a un programa de computación, sería de muy difícil traducción.
Se trata una vez más de una obra de ciencia ficción, aunque roce elementos de nuestra realidad actual. La dirigió el inglés Duncan Jones, cuyo padre es nada menos que David Bowie.
El personaje central, muy bien interpretado por Jake Gyllenhall, es el capitán del ejército norteamericano Colter Stevens del que pronto conoceremos cuál ha sido su suerte en Afghanistan. La película lo encuentra al inicio viajando inexplicablemente en un tren que se acerca a Chicago. Junto a él se encuentra una joven (Michelle Monaghan), que parece ser su pareja y al que ella llama Sean, nombre que para el militar no tiene ningún significado como identificación personal.
Pronto aparecerán otros dos personajes centrales que se comunicarán con la mente del capitán Stevens. Se trata de Goodwin, una mujer con rango militar y de su jefe el Dr. Rutledge, interpretados respectivamente por Vera Farmiga (“Amor sin escalas”) y Jeffrey Wright. Algún espectador podrá sentir que aportan algo de confusión a la historia ya que son ellos quienes, manipulando el tiempo, harán que la escena en el tren (que dura unos ocho minutos) se repita una media docena de veces. Lo interesante es que cada vez la situación será diferente por motivos que es preferible no revelar pero que tienen que ver con la seguridad del país. Lo que si se puede garantizar es que el todo está dotado de una gran coherencia, lo que en definitiva gratificará a quien este buscando una propuesta original y distinta.
Pese a que situaciones repetidas en el tiempo y a la vez diferentes se daban en “Hechizo del tiempo”, un film muy citado por varios críticos locales y del exterior, no existen en verdad muchos puntos de contacto con “8 minutos antes de morir”. Aquí se trata de un tema fantástico que incluso hace referencia a la mecánica cuántica y a “cálculos parabólicos”, que no deben desanimar a quien no conozca esos temas. Y si usted es una de esas mentes que cree en universos paralelos, lo invitamos a consultar la base de datos más popular del cine (IMDB), donde encontrará un análisis que alude a ese tipo de cuestiones. Para el resto, valga la recomendación de ver esta original propuesta.