Explosiones reiteradas, amor a primera vista, y conceptos ya antes vistos en el cine.
Para comenzar con esta película debemos entender que es un gran popurrí. Desde “la primera mirada”, en los trailers, podemos descifrar varios aspectos casi obvios de la trama. La historia no es muy compleja y sus giros no son para nada cataclísmicos. Podemos decir que Source Code (8 minutos antes…) es uno de esos filmes de fácil lectura.
La historia es simple. El Source Code es un proyecto creado por el doctor Rutledge (Jeffrey Wright) que puede revivir los últimos 8 minutos de la vida de una persona, como si este momento fuese el ultimo resplandor en su cerebro que puede ser extraído tras la muerte. Así, aplicando este nuevo proyecto, Colter Stevens (Jake Gyllenhaal) es sometido a vivir los últimos ocho minutos de la vida de Derek Frost, muerto en un ataque terrorista a un tren. La trama se va volviendo truculenta cuando el objetivo principal de Stevens es vivir incesablemente esos últimos ocho minutos una y otra vez hasta encontrar el responsable de tal accidente. Comandado y ayudado por Colleen Goodwin (Vera Farmiga), Stevens ira descubriendo nuevas verdades, entre ella un romance con Christina Warren (Michelle Monaghan), tanto en “el mundo real” como en el sistema de códigos.
Si hemos de objetar algo desde el principio (además de la obviedad de varios tópicos de la película) es su densa historia fuera del lado policial de encontrar al responsable de que la bomba este en el tren. Desde el comienzo, en donde se muestra la historia paralela y “real” del personaje principal, es cuando el filme se pone molesto de digerir. La trama externa al policial se vuelve espesa y larga quitando así cierto sabor tanto a la trama principal como a la película en si, convirtiéndola en varias ocasiones simplemente aburrida. “Ocho minutos antes de morir” es la típica película que al salir del cine uno piensa: “Podría haber sido mas corta” o “Podría no haber tenido tanto relleno”, porque al fin y al cabo Source Code esta lleno de relleno innecesario que solo traba y desvía el objetivo principal del film.
Volviendo a la idea del popurrí, “Ocho minutos antes…” se siente como una suerte de “Johnny Got His Gun” (Johnny Fue a la Guerra de Dalton Trumbo) moderno atrapado en un mundo a lo “Inception” (El Origen de Christopher Nolan), pero sometido mucho mas a la realidad y los recuerdos que a los sueños perdidos, e integrando un cuasi eterno “Día de la Marmota” (de Harold Ramis) en el que todo se repite una y otra vez sin respiro alguno. Todo esto se mezcla espesamente, creando básicamente la formula (muy idéntica, por si acaso) de Deja Vu, con Denzel Washington, que todos ya vimos, no aportando nada en su proceso que sea nuevo de observar.
Mediante el transcurso de la cinta de “Ocho minutos antes de morir” nos encontramos con varias cosas perdidas o con falta de sentido común. Estas cosas son mas que evidentes y no hace falta nombrarlas por que el espectador, con un poco de atención, descubrirá en el correr del tiempo estos pequeños grandes detalles faltantes o inconexos.
Jake Gyllenhaal esta casi perfecto en su actuación, y vuelve a calzarse el personaje de soldado una vez mas aunque centrándose en la actuación dentro de la actuación, pretendiendo ser alguien que no es. Acompañado de un bonito y escaso elenco protagonista que cumple un rol acompañando a la figura de la película. Hay una increíble química en pantalla entre Gyllenhaal y Christina Warren en la que ambos se encuentran casi en todo el correr de la cinta.
Una vez mas tenemos en manos de esta película a un director poco experimentado en el mundo del cine, que como historial tiene un cortometraje llamado Whistle y una película titulada Moon de la cual se planea una segunda parte, ambas tanto escritas como dirigidas por el. Duncan Jones, hijo de David Bowie, deja un muy buen comienzo en la gran producción hollywoodense y si bien no se enfrenta a un guión sumamente sólido y complejo, no deja nada que desear en cuanto a su filmación.
En conclusión, “Ocho minutos antes de morir” es una película pochoclera para pasar el momento, que, si buscamos una trama divertida y fácil de ver nos servirá, pero a la hora de ver algo de un nivel mas complejo, como podría ser vendida, nos deja muchas cosas que desear.