Se luce Daniel Aráoz en buena historia de venganza
Al fin se estrena esta buena historia de venganza entre dos hermanos unidos y separados por el crimen. Ambos iban a cazar con el padre, pero uno era distinto al otro. Ambos se dedicaron después a la carrera delictiva, pero uno tuvo un límite y el otro superó ese límite, con un gesto digno de un personaje shakespeareano envanecido por la ambición y acaso también la paranoia. Hay promesas que tardan en cumplirse. Ahora que la madre ha muerto, es tiempo de cumplir lo prometido.
No corresponde contar más que esto. La historia, que es breve y sangrienta, nos irá llevando de novedad en novedad, a través de meandros y revelaciones hasta culminar en un remate sorprendente y bien concluyente, como corresponde a los buenos cuentos. Entre medio hay unas cuantas peleas, traiciones, amenazas, una cocina de drogas en Dock Sud, un baño de estación de servicio en la ruta con gente dispuesta a matar al primero que entre, un viejo amor prostibulario, un político lamentable, una inspectora colombiana, varios autos y en especial una camioneta vieja, reformada y reforzada, que lleva el nombre de "8 tiros". El de la venganza, quizá no merezca técnicamente el nombre de tiro. Es una preciosa sorpresa.
Muy bien Daniel Aráoz, componiendo un personaje ácido, solitario y muy preciso. Luis Ziembrowski, Roly Serrano, Alberto Ajaka, Alejandro Fiore, las morochas María Nela Sinisterra y María Eugenia Arboleda, Leticia Bredice, buen elenco. Buenas armas, y una ambientación especial, de cuento moderno, a cargo de Graciela Fraguglia, arte, Julián Apezteguía, fotografía, y José Luis Díaz, sonido. Buen director, en cada detalle, Mauricio Brunetti, reconocido asistente de dirección de series como "Epitafios" y autores como Marcos Carnevale, que aquí participa de productor junto a Mauricio Brunetti y otros que conocen el oficio. Libro de Andrés Gelos, Luis Langlemey, Javier de Nevares, sobre idea original de Daniel Aráoz. Vale la pena.