911 Llamada mortal

Crítica de Héctor Hochman - El rincón del cinéfilo

Este filme comete primariamente el pecado de tratar de esconder sus convencionalismos, sobre todo narrativos y de estructura, a partir de la velocidad que le imprime a las imágenes o, mejor dicho, del tiempo de estas en pantalla. Trabajada con cortes rápido y montaje acelerado típico de una producción de acción, pero el género al que se quiere adscribir es el suspenso, ergo, yerro.
Dicho de otro modo y más usualmente, sin querer ser redundante, aplica sobre la condición de adrenalina a la que esta dispuesto a descargar el espectador.
La historia se centra en Jordan Turner (Halle Berry) quien se desempeña en una de las labores posiblemente más difíciles, ser operadora del sistema de emergencias de los Estados Unidos, desde hace un tiempo también utilizado en Argentina, me refiero del famoso 911.
Abro paréntesis.
Durante los últimos 40 años se ha visto en el cine yankee como la gente en peligro llamaba la 911, en nuestro país se ha adoptado el mismo sistema, no por ausencia de alguno en vigencia, sólo que se utilizaban otros números, 101 policía, 107 emergencias médicas. Ahora digan que el cine no es un medio de penetración cultural.
Cerrar paréntesis.
El relato comienza centrándose en mostrar el medio en que nuestra heroína de turno despliega sus habilidades, y en los primeros minutos la vemos en acción. Atiende a Leah Templeton (Evie Thompson), una joven en situación critica. Es de noche, llama pidiendo ayuda pues advierte que alguien esta tratando de entrar en su casa y ella esta sola. Jordan la trata de calmarla y guiarla mientras llega la ayuda policial al domicilio.
A Jordan le avisan que los policías tardarán 8 minutos en arribar a ese destino (acá la pizza te la entregan más rápido), en ese contacto auditivo, e imaginando los espacios, va llevando a Leah a los lugares más seguros del departamento hasta que un error, de los más graves que se puedan cometer en la emergencia, es cometido por Jordan, el mismo que se traducirá en la muerte de Leah.
Hasta aquí lo mejor del filme, pues la situación de suspenso sobre lo no visto del personaje, pero sí por parte de los espectadores, es trascendental. El contacto auditivo entre ambas mujeres redunda, por supuesto, en las actuaciones, el maniobrar del que luego sabremos es un asesino, los planos cortos bien dosificados, el manejo de la luz en los espacios chicos y en los rostros de los personajes, la música no sólo en función rítmica, todo del orden de la precisión de un reloj suizo. O sea buen suspenso, bien graduado.
Corte.
Meses después vemos a Jordan ya no como telefonista sino como instructora de nuevos miembros para el 911. O.K, le creo, puede saber mucho de la teoría pero no como aplicarla ella misma sigo comprando el verosímil instalado.
Otro paréntesis.
Aquí vamos sobre el cambio en el titulo. El original es “The Call”, o sea “La llamada”, que hasta puede ser la de la suegra y también sería fatal, pero ponerle “911: Llamada mortal” ¿no le resulta un poco anticipatoria?
Volvamos a lo nuestro.
En el instante de aprendizaje de los nuevos reclutas una nueva operadora se encuentra con una llamada similar a la que Jordan tuvo al principio del relato. La novata da señas claras de estar sobrepasada por la situación.
Otra joven, Casey Welson (Abigail Breslin), tan rubia como la primera victima que conocimos, esta siendo secuestrada, la meten en el baúl de un coche y desde allí, gracias al guión que lo instala, no de buena manera sino muy burdamente, el objeto MacGuffin hitchcockiano, léase un segundo celular que le puso en el bolsillo trasero de su pantalón, llama al 911. La novata al no poder con la situación es suplantada por Jordan. Entonces el relato se afirmará en que siempre hay una segunda oportunidad para redimirse, y eso atentará definitivamente sobre el texto fílmico.
Definiendo. El mismo se volverá extremadamente previsible, sumándole que todos y cada uno de los personajes están entre una regular presentación y poco desarrollados, hasta la sumatoria de diálogos que por momentos se tornan prescindibles. No así las acciones de los personajes principales, nuevamente todo esta puesto, claro que no exclusivamente, para el lucimiento de las actrices.
Por supuesto que en cuanto al tratamiento sigue por los mismos carriles impuestos en los primeros minutos, esto es planos cortos, cortes rápidos, buena banda de sonido, mejor fotografía, pero el suspenso quedo suspendido, valga la redundancia.
Lo peor se presenta sobre le cierre del relato. En los últimos quince minutos se produce un giro que se constituye en el orden de lo ridículo, sólo para poner a ambas mujeres en el lugar de las heroínas. Una Lastima, pues toda la producción cumple con mantener atento al espectador, por acción no por misterio, ya que nada hace que no pueda anticiparse al desenlace.