Contiene un ritmo vertiginoso, tensión, y suspenso. Un entretenimiento no recomendado para cardiacos.
El director, productor y guionista Brad Anderson (“Session 9” en 2001; “El maquinista” en 2004), desde los primeros minutos nos ofrece un ritmo rápido, varios diálogos telefónicos y un gran plano general aéreo de la Ciudad de Los Ángeles. Un grupo de personas reciben llamados de las distintas victimas al 911.
Aquí los operadores van atendiendo todo tipo de problemas de quienes los llaman. Estos deben ubicar desde donde se efectúa la llamada, escuchar la gravedad del mismo, realizar una serie de preguntas de acuerdo al hecho, tranquilizar a la víctima y eso puede demorar algunos minutos. El mismo operador tiene comunicación directa con un móvil policial o ambulancia y esta conversación queda grabada.
De esta forma nos presenta a una de las protagonistas de la historia, Halle Berry (ganadora del Oscar por "Cambio de vida", 2001), que interpreta a Jordan Turner, una operadora del 911 en Los Ángeles. Un día recibe la llamada aterrorizada de una adolescente Leah (Evie Thompson), comete un error y la chica muere. Ante este hecho tan cruel ella tendrá la contención de su novio, el policía Paul Phillips (Morris Chestnut).
Pasan 6 meses y ella vive con esa culpa, pero un día tal vez la vida le da una segunda oportunidad cuando recibe la llamada de una adolescente muy nerviosa, es Casey Welson (Abigail Breslin, nominada al Oscar por “Little Miss Sunshine”), secuestrada y transportada en el baúl de un auto. Tiempo más tarde sabemos que es un psicópata Michael Foster (Michael Eklund, lo vimos en “88 minutos”). Hasta aquí el planteo. Desde su título hasta el desarrollo sabemos como sigue y nos podemos imaginar el final.
Con el correr de los minutos uno no puede dejar de recordar otro film muy similar " Celular " (2004), protagonizada Kim Basinger, Chris Evans, Jason Statham, dirigida por David R. Ellis. Y también podes encontrar datos de otra porque tiene toques del “Juego del miedo”. El director Anderson sabe muy bien manejar los tiempos, eso ya lo demostró en el 2001 con “Session 9” de terror psicológico donde un grupo de obreros de la construcción debe restaurar una institución mental, lugar que esconde secretos de un paciente oscuro.
Este film tiene un buen desarrollo la primera hora, contiene toques muy eficaces para resaltar tensión y sobresaltos, la utilización de imágenes congeladas para ofrecer pánico, el buen uso de la cámara para mostrar detalles y rostros, escenas que mantienen el suspenso, pero cuando se le da una vuelta de tuerca termina siendo inverosimilitud, la comunicación es extra large (¿Cuánto dura la batería de un celular?), sin sentido, con toques gore y resulta previsible más aun para aquellos espectadores conocedores del género.