A 4 manos

Crítica de Matias Seoane - Alta Peli

Lienzo a medias.

Detrás de la obra de arte hay siempre un proceso que lleva hasta ese resultado final, que concentra la historia del artista hasta ese punto en la historia del que nace la obra. En las artes plásticas usualmente es un proceso individual y personal, sin intermediarios ni negociaciones; pero en 2011 Luis Felipe “Yuyo” Noé y Eduardo Stupía presentaron más de medio centenar de obras realizadas “a 4 manos” en la muestra que llevó por título ¡Me arruinaste el dibujo! Las obras producidas especialmente para esa exhibición tenían la particularidad de ser trabajadas en conjunto por ambos artistas, algunas veces por turnos pero otras veces simultáneo y fueron el disparador para que un equipo formado por estudiantes y docentes de la Maestría en Periodismo Documental de la Universidad Nacional de Tres de Febrero se decidiera a investigar y registrar el proceso creativo que implica la experiencia de compartir una obra como esa.

Este documental registra entrevistas a los artistas durante el montaje de la muestra y el proceso de producción de una obra en conjunto, pero también amplía el espectro para incluir una experiencia similar llevada adelante años después por otra dupla integrada por Guillermo Roux y Carlos Alonso, quienes con un estilo bastante diferente al otro dúo se enviaron durante meses mitades de dibujos para que el otro los complete.

Dos no hacen uno:
Como suele pasar en el género documental, A 4 Manos pide cierto conocimiento previo sobre dibujo y pintura en general, pero sobre todo sobre los artistas en particular. Las entrevistas que develan las intimidades del proceso creativo tanto de estas obras como de otras emblemáticas de su carrera aluden siempre a fragmentos de información justificadamente ausentes; después de todo no es un intento de explorar sus carreras enteras sino uno de sus momentos más recientes.

Sin embargo se las ingenia para lograr sostener algo de interés incluso para los legos en la materia, llevando a los entrevistados a cuestiones más generales sobre sus respectivas visiones sobre el arte y el rol que debe ocupar en una sociedad. Lo logra a fuerza de un montaje ágil que no se demora de más en cuestiones demasiado teóricas pero que sin embargo no logra esconder la clara división que existe entre las dos mitades del documental que puebla cada dupla, con tonos y ritmos visiblemente diferentes que van más allá de las claras diferencias de estilo y personalidades entre las duplas de artistas; mientras dos de ellos dan muestras de su profundidad teórica y filosófica, el otro dúo asume un estilo mucho más coloquial y didáctico, presentando su obra al público a la vez que muestra los hilos de su producción con otro candor, por lo que el documental muestra algunas dificultades para congeniar todas sus partes.

Conclusión:
Enfocado a un público muy específico que ya conoce a los artistas y su obra, A 4 Manos puede generar también algo de interés en aficionados ocasionales a las artes plásticas