En el juego de crear y en la posibilidad del diálogo hay una chance para que un documental como este pueda existir y trascender lo finito de la anécdota disparadora del relato: un lienzo en blanco y dos figuras trabajando en conjunto.
El periodista Osvaldo Tcherkaski logra captar el espíritu más interesante de los artistas creando, pero también, gracias a su oficio, se permite dejar todo librado a la propia suerte de cada uno, y ese reclamo externo sobre el trabajo de uno, termina generando expectación y expectativa ante el resto.