Para algunos autores de novelas dirigidas al público adolescente, las enfermedades son el impedimento perfecto para el romance. En una época en la que la sexualidad de los jóvenes ya no suele ser tabú, el hecho de que una chica y un chico no se puedan tocar por riesgo a que se contagien las bacterias del otro, resulta perfecta para apelar al espíritu dramático adolescente.
Basada en la novela de Rachel Lippincott, el film cuenta esta historia triste con mensaje positivo de una forma muy tradicional. El encanto de Haley Lu Richardson y el atractivo de Cole Sprouse no son suficientes para distraerse de la acumulación de clichés.