Partiendo de la premisa "¿Qué pasaría si no pudieras tocar a los que amas?" llegó a los cines "A dos metros de ti", dirigida por Justin Baldoni y basada en el libro homónimo de Rachael Lippincott con Mikki Daughtry y Tobias Iaconis.
La historia gira en torno a Stella Grant (Haley Lu Richardson) quién vivió la mayor parte de su vida dentro de un hospital y narra su día a día en Youtube. Debido a la gravedad de la fibrosis quística que amenaza con su vida, debe cumplir un estricto aislamiento y mantenerse alejada de cualquier persona o cosa que pueda transmitirle una infección y poner en peligro su posibilidad de trasplante de pulmón. Dos metros de distancia es la regla. Sin excepciones.
Durante el tratamiento conoce al rebelde Will Newman (Cole Sprouse) cuyo único deseo es salir de ese lugar para ver el mundo. Juntos comenzarán una aventura donde cada centímetro será clave para mantenerlos con vida y evitar un contagio.
Con un guión predecible y llena de clichés, el film dirigido a un público juvenil, sigue la misma fórmula repetida de "Bajo la misma estrella" donde dos adolescentes con enfermedades terminales se enamoran (Si, esto está de moda). La película nos invita a reflexionar sobre las cosas que nos parecen naturales, que tan poca importancia les damos y cómo podrían verse modificadas. Además, busca dar a conocer más información sobre la fibrosis quística, un trastorno genético que afecta a las células del cuerpo que producen las secreciones del organismo.
Cole Sprouse, Haley Lu Richardson y Moisés Arias son quizás lo más destacable de la cinta. Los tres logran una buena química y le dan el realismo necesario a los efectos de la enfermedad, acompañados por una banda sonora típica de éste estilo de película.
"A dos metros de ti" es una historia triste con un mensaje esperanzador. Ya se encuentra en los cines lista para alimentar ese espíritu dramático adolescente con ganas de enamorarse y llorar.
Por Matías Villanueva