A dos metros de ti: Una opinión honesta.
A dos metros de ti es una película protagonizada por Cole Sprouse y Haley Lu Richardson. Es también el debut como director de Justin Baldoni, que pese a que debería tener una importancia en el desarrollo del film, este parece no ser el caso.
La historia de la película cuenta, sin comentar de más, la estadía de dos personas con enfermedades terminales. Stella Grant (Haley Lu Richardson) es una chica muy feliz, con esperanzas y muy ordenada en su día a día hasta que conoce en el mismo hospital donde se trata a Will Newman (Cole Sprouse). Este joven es todo lo contrario a ella, siendo infeliz, con pocas esperanzas de salir adelante y totalmente desordenado y caótico. Esta premisa lamentablemente no solo parece tener pocas esperanzas de que llegue a algo serio y que desarrolle temas interesantes, sino que termina siendo extremadamente predecible.
Conviene no hablar del escaso trabajo visual o sonoro en este film, ya que comprendiendo su target uno podría perdonar estas ausencias. El problema es que la película no perdona ni un solo elemento cliché de este tipo de historias. Desde el amigo gay y los padres ausentes, hasta el personaje que no quiere que estén juntos, todo en esta historia sigue una línea demasiado obvia. Los aparentes giros argumentales se ven venir desde el comienzo del metraje y los pocos momentos que puede llegar a sorprender, realmente lo hace para mal.
Este elemento predecible no solo se ve en la trama. Los personajes que componen esta historia son tan planos y aleatorios que parecen escritos en un fin de semana. Sus deseos y las decisiones que toman no tienen sentido alguno, y están únicamente para llegar a determinados puntos de la historia, que quedan claramente forzados. La calidad de sus actuaciones también brillan por su ausencia, salvando quizás al secundario de Moises Arias, que pese a que su personaje sea una mera herramienta, termina haciendo un buen trabajo actoral.
También hurgando un poco en algo para poder destacar de este film es la aparente seriedad con la que toca el hecho de que sus personajes tengan enfermedades terminales. Claramente no es ninguna patada en la mesa a la industria cinematográfica, pero viendo el nivel que tiene todo lo que sucede en esta película, esto podría haber sido tratado más informal aún. Está claro que sí alguna vez estuviste en una situación así o tuviste algún familiar en un momento similar, podrás identificar algunas situaciones típicas y puede resultar interesante retratar esto en la pantalla grande. Eso sí, no esperen mucho más que esto, porque cuando los diálogos se animan a intentar hablar lo que significa la vida y el hecho de la enfermedad en si, solo se mueve por los lugares más comunes posibles.
En conclusión, y sin ofender a la persona que disfrute de este film, “A dos metros de ti” no solo es una mala película para un público exquisito, sino que no funciona siquiera como elemento de entretenimiento adolescente. Cualquier capítulo televisivo de los más bajos calibres podría abarcar esta trama de una mejor forma y aunque seguro haya alguien en este mundo que pueda disfrutar o emocionarse con esta historia, desde acá recomendamos mantenerse lo más lejos posible de esta película. Por lo menos a dos metros.