Miseria y crimen
Misiones no contiene sólo la belleza de su naturaleza agreste y esa tierra colorada que la hacen tan particular, sino que es también una provincia en la que la pobreza aferra con mano dura a sus habitantes. Precisamente uno de ellos es Ramón, que es despedido del aserradero en el que trabaja como peón. En su bicicleta, busca algún lugar en el que pueda ganarse su subsistencia y la de sus familiares, pero la suerte siempre le juega en contra. ¿Qué hacer? El Polaco, un pescador amigo, pasa por las mismas dificultades económicas y le propone trasladar, a través del río, un cargamento de marihuana por cuenta y cargo de Leiva, un reconocido narcotraficante de la zona.
El novel director Fernando Pacheco intentó darle a su historia un toque dramático, pero poco a poco las penurias de su protagonista (buen trabajo de Daniel Valenzuela) se volverán repetitivas. El realizador se dejó tentar por los paisajes del lugar, bien fotografiados, pero olvidó en su guión la fuerza emotiva que podía mantener esa constante lucha por comer y sobrevivir. Así, la anécdota se va diluyendo hasta caer en un sopor que no merecía esta buena idea, que pone el foco en uno de los dramas cotidianos en buena parte de nuestro país.