Cuando el hombre debe arriesgarlo todo para sobrevivir.
Esta es la ópera prima de Fernando Pacheco, la historia se desarrolla en la Provincia de Misiones en una pequeña zona rural, no son muchos habitantes, el trabajo es escaso, y observamos como es la vida especialmente de dos familias: La de Ramón Antúnez (Daniel Valenzuela) quien vive con su esposa, un niño y su madre, sale todos los días con su bicicleta y va a su trabajo en un aserradero, en sus horarios libres comparte momentos con su compadre y amigo Antonio "El Polaco" (Julián Stefan) casado y cuya esposa se encuentra embarazada.
En medio de la tranquilidad, inmerso en la rutina, sin tener otras distracciones y bajo un bello paisaje Ramón recorre a diario distintos lugares buscando un trabajo para subsistir, su vida cambia cuando es despedido del aserradero por falta de trabajo y carente de otras oportunidades termina aceptando un tarea no deseada, está fuera de sus principios pero dada las circunstancias cruza el río por las noches junto a su compadre trasladando marihuana desde Paraguay, ellos corren muchos riesgos para recibir una paga poco importante de parte de Leiva (Juan Palomino).
Con el correr de la historia, el espectador está listo para realizar un breve análisis de cada uno de los personajes, hombres rudos, salvajes y toscos, mujeres resignadas y sumisas, ellos son capaces de llegar ebrios meterse en la cama y tener sexo con sus esposas de manera animal, ese macho dominante que se ve en otras escenas. Ellos son hombres acosados por el hambre y debido a su integridad, sienten vergüenza cuando se ven obligados a pedir fiado.
Un buen trabajo de cámara mostrando bien lo que pretende, dentro de su narración intenta manifestar la situación social que atraviesan los protagonistas, al encontrarse en escenarios naturales entre la vegetación, el río y los sonidos ambientes, le van otorgando distintos climas y esa tierra colorada como metáfora de la sangre que corre.
La historia cuenta con un estupendo actor que se pone la película al hombro, Daniel Valenzuela, que además conoce la vida en la región, y el resto del elenco aporta lo que le indica el guión (Juan Palomino, Julián Stefan, Mónica Lairana y Mariana Medina). Uno de los problemas dentro de su desarrollo es que le cuesta mantener la fuerza emotiva y el dramatismo.
El film "A la deriva" se encuentra en parte emparentada con la obra del escritor uruguayo Horacio Quiroga (1878 – 1937), quien vivió y mostró una gran pasión por el territorio de Misiones, su selva, y toma el nombre de uno de los cuentos de este, "Cuentos de amor de locura y de muerte" (Cuentos, Soc. Coop. Editorial Ltda., Buenos Aires, 1917).