Películas que se dedicaron a reflejar los hechos de la segunda Guerra Mundial, hubo muchas, de todo tipo y tenor. Tratada, además, de diferentes ángulos, con distintos puntos de vista, e incluso, con disímiles géneros cinematográficos.
Ahora se estrena este film, dirigido y protagonizado por Pierfrancesco Diliberto, una comedia italiana ambientada en 1943, cuando el ejército estadounidense hizo su desembarco en las costas de Sicilia, para combatir al régimen de Mussolini.
Arturo (Pif) es un italiano que vive en EE.UU. trabaja en un restaurante, está enamorado de Flora (Miriam Leone) y tienen ganas de casarse. Pero, el gran inconveniente es que a ella su padre, quién es el dueño del restaurante, le consiguió un novio, hijo de la mano derecha de un famoso mafioso italiano. Flora no lo quiere y hace todo lo posible para sacárselo de encima.
La única alternativa que tienen para poder casarse es que Arturo le pida la mano a su padre, pero él vive en Italia, justamente en Sicilia. La solución que encontró es enlistarse en el ejército estadounidense y que lo envíen a la guerra.
Con este panorama se desarrolla la histpria, siempre en tono de comedia, incluso en los momentos más dramático del conflicto bélico.
El héroe interpreta a un simple soldado raso al que rodea una gran variedad de personajes que lo ayudan, o lo complican, en la misión de conseguir su ansiado cometido.
El film transita por momentos graciosos, otros, sentimentales, algunos, por su exageración terminan siendo absurdos, especialmente durante la primera parte. La obra es muy ágil, tiene mucho ritmo y hay que estar atentos al rol que cada uno lleva adelante. En el elenco, cada uno cumple su papel a la perfección, están bien delineados y no se salen del esquema. La ambientación y el vestuario de época están bien logrados
Arturo, que es pura bondad, un poco ingenuo y también osado, pero no por valentía sino porque le brota naturalmente, es incapaz de medir las consecuencias, pues emprende esta aventura alocada para afirmar una vez más que para el amor no hay fronteras, y para el protagonista cruzar el océano Atlántico e involucrarse en una guerra, valía la pena.