Mientras que en películas como El Crítico el protagonista principal deseaba vivir una historia romántica como las de una película francesa, el cine del galo Philippe Garrel intenta alejarse por completo de esa idealización y dialogar sobre el desamor con crudeza. A la Sombra de las Mujeres es un film acerca de las distintas formas de vínculos amorosos que pueden ir conformándose en una pareja, en especial los estadios pasionales abruptos, deteriorados, forzados y lastimosos.
Los parisinos Pierre y Manon conforman una pareja ¿feliz? que no solo comparte lugar físico de convivencia sino también el oficio. Son documentalistas que trabajan en el registro de una entrevista a un ex veterano de la Resistencia Francesa, y en la realización intercambian apasionadamente miradas, gestos y algún mimo.
El camino que la pareja comienza a recorrer es incierto y tiende a la ruptura, aparecen rezagos de desatención y amagues que Manon registra, al igual que el espectador. Pierre conoció a Elisabeth, una becaria, lo que genera que las ausencias iniciales se incrementen y se vuelvan cada vez más notorias. Por otro lado, el vínculo entre Pierre y su amante está marcado por una atracción pura y sexual. Pierre es frío, melancólico y carente de gestos hacia una u otra mujer.
El drama de la infidelidad no se vive con culpa alguna, es naturalizado y mostrado con sutileza y elegancia por Garrel. La mera utilización de voz en off a cargo de su hijo Louis climatiza con tono de ironía lo que acontece, y el blanco y negro impuesto en cada fotograma contrasta con la solemnidad con que se trata la disolución del amor. Clotilde Courau (Manon) logra una interpretación que acentúa distintos estados frente a la monotonía actoral y rol de Stanislas Merhar (Pierre).