Puede que Gastón Solnicki no sea profeta en su tierra, pero es innegable que su talento y visión cinematográfica lo convierte en uno de los directores argentinos contemporáneos más interesantes. Con su película “A Little Love Package” obtuvo el Premio al Mejor Director en la última edición del BAFICI, mérito de un creador singular, quien transita aquí su quinto largometraje, luego de las logradas “Introduzione all’oscuro” (2019), “Kékszakállú” (2016), “Sucesos Intervenidos” (2014) y “Papirosen” (2011). El autor apuesta a la autofinanciación como irrenunciable mandato. Busca puertas afuera mecanismos de financiación que aquí no encuentra. Lo hace por no traicionar sus principios y estilo a la hora de filmar. Nada es literal en su obra; el lenguaje abre la posibilidad a múltiples sentidos. Espacios y desplazamientos caracterizan a una urbe que frecuentó asiduamente en la reconocida gala de festival que su fallecido amigo Hans Hurch dirigía.
En la Viena de hoy, el capitalismo aplana temporalidades, y en lo que otorga el espacio geográfico determinado y de modo natural, Solnick encuentra estímulo para crear. Hay mundos que permanecen dispuestos a ser filmados. Oscilando entre la ficción y el documental, sus películas persiguen un tono ensayístico. Abundante música diegética irrumpe en secuencias. La prohibición de fumar en lugares públicos hará desaparecer una porción de la cultura Kaffeehaus, pese a que haya temporalidades que aún perviven. Un pretexto narrativo funciona como nexo para reflejar diversas formas, realidades y universos posibles. Para quien no filma apegándose a un guion, el misterio y la complejidad son dos herramientas que laboriosamente trabajará. Se testimonian significativas últimos minutos de cigarros, humos y colillas. La metáfora cobra otra importancia cuando el mundo colapsa por anexos motivos. Mientras la intuición guía al artista, el fin de una era se aproxima. Protagonizada por Angeliki Papoulia y Carmen Chaplin (nieta de Charles), cuenta con la participación den voz de Mario Bellatin.