Buscando una señal
De puro Guapos es el nombre de una orquesta típica de tango liderada por Martín Mirol, un argentino que desde su adolescencia vive en Brasil. Él mismo cuenta que un día, mientras hacía dedo en la playa, lo levantó una persona que ni bien le notó el acento porteño le hizo escuchar un “casette” de Carlos Gardel.
Desde ese momento no hizo otra cosa más que relacionarse con la música rioplatense y el tango, casi obsesivamente, buscando respuestas acerca de la mejor manera de tocarlo.
Y justamente A Puro Gesto, Un Ritual de Tango (2011) de Gabriel Reich es el viaje en el que Mirol y el resto del conjunto intentarán buscar en las partituras de la música aquello que les permita reconstruir un sonido particular y cercano al de las grandes orquestas del siglo pasado.
Para lograrlo, al no encontrar material oral ni partituras originales en Brasil, deciden viajar hacia Argentina, y ahí estará para acompañarlos Reich, quien posará la cámara en cada uno de los entrevistados que pueden ayudar a los De puro guapos a reconstruir la genealogía de la música que los apasiona.
Pero el trayecto no es fácil, entre preguntas y prácticas, desfilarán ante músicos, cantantes, directores y cada persona que supo conocer aquello que hace tan mágico y particular a este tipo de música.
Al darse cuenta de las dificultades el grupo decidirá ir absorbiendo cada palabra y transformarla en notas musicales, porque saben que esa es la única manera de poder seguir acercándose al tango desde un lugar creador y superador.
Reich contempla las actividades, y fija el lente en aquellos personajes que más pueden brindar ayuda, y justamente en el detalle, en los planos estáticos, en la composición de la escena es donde el film va resignando su fuerza documental hacia un espíritu mucho más introspectivo.
El gesto del tango al que alude el título se multiplicará rápidamente en cada entrevistado, efecto transformador de una oralidad que intenta recuperar la esencia de una música que en intérpretes mucho más cosmopolitas ha perdido identidad y se la ha universalizado.
A Puro Gesto, Un Ritual de Tango es la respuesta más evidente hacia la moda que hace unos años hace del tango un negocio, pero en este caso el trabajo radica en potenciar la nostalgia del protagonista y del grupo, porque en el viaje hacia Argentina Mirol recupera su patria, al menos durante un tiempo, su espacio y su música. Y es en ese desandar por la propia tierra donde encontrará aquella señal que le permita tocar la música desde otro lugar.