Basado en un video secreto de siete horas captado por una cámara de vigilancia en una celda de Guantánamo y hecho público por los tribunales canadienses, este documental revela la dramática intensidad de un interrogatorio que duró cuatro días. Un equipo de la policía secreta canadiense somete a Omar Khadr, canadiense de 16 años de edad, a diversos métodos coercitivos. Conservando el estilo de una pantalla de seguridad, el filme analiza los aspectos científicos, legales y políticos de un diálogo forzado. En octubre de 2010, Omar Khadr fue condenado por una Comisión militar de Guantánamo como criminal de guerra.
El film de Henríquez y Côté obtuvo numerosos reconocimientos internacionales en los principales festivales de cine documental, entre ellos el Premio Especial del Jurado del International Documentary Film Festival de Amsterdam (IDFA) y el Premio al Mejor Documental en el Festival It’s All True, de Sao Paulo.
24 únicas funciones
La brutalidad sin fronteras
Estuvimos en el DOCBSAS 2011. Excelente programación y algunas mesas más que relevantes. Una de ellas la realizada a propósito del caso de Guantánamo, compuesta por Adolfo Pérez Esquivel, Ana Caccopardo, el abogado Dennis Edney, Patricio Henríquez y Luc Côté los directores del film. Una posibilidad única y privilegiada de escuchar los testimonios sobre la prisión de Guantánamo, cárcel que EEUU creo en un territorio robado a Cuba, un espacio donde el tiempo no existe, salvo para sufrir los mayores atentados que se hayan podido ver de un hombre hacia otro, en este caso un niño. Allí no rige la ley, ni la norteamericana, ni el derecho internacional, por eso la brutalidad no tiene fronteras. Sólo existe un sistema de justicia militar, que no se adhiere a ningún tipo de legislación, que es autárquico para el uso y el abuso del poder.
Los prisioneros no tienen derechos y son acusados de pertenecer al terrorismo internacional. Sí, como una bofetada de impunidad al mundo les permiten a los acusados una defensa, mediante abogados militares elegidos directamente por el pentágono, los que pueden ser acompañados por algunos abogados civiles.
En el 2002 Omar Khadr, un niño canadiense de familia árabe de sólo 15 años fue detenido y hoy con 24 años todavía sigue allí.
La razón por la cual permanece allí, sobre la cual no existe ninguna prueba concreta es la presunción de que Omar mató a un soldado de las fuerzas especiales estadounidenses en Julio de 2002, en Afganistán.
Dennis Edney, un abogado canadiense viene trabajando en forma ininterrumpida en este caso, defensa que viene realizando con sus propios fondos económicos. Edney expresó que le era muy difícil describir sus pensamientos en estos casi 9 años, cuando fue contratado para defender a un niño-soldado declarado criminal de guerra, cuya acusación no cuenta con ninguna prueba concreta.
“A medida que lo iba conociendo y conocía el infierno que lo rodeaba, me impresionaba la forma en que otros seres humanos pueden tratar a otros y cada vez que me iba me sentía como un padre entristecido. Mi defendido estaba en una de las tres cárceles secretas, tres complejos, con los que el gobierno de los EE.UU. cuenta para los interrogativos reservados. Celdas donde los presos están encadenados al piso, meses que no hablan con nadie. Muchas veces al mirarlo veía un niño muy herido, que ve con un solo ojo, que de hecho va en camino de perderlo y que tiene 4 o 5 heridas de bala en su cuerpo.
He intentado hablarle haciéndole hincapié en la esperanza, mientras tanto voy de los tribunales canadienses, a los de EE.UU, que son muy diferentes.
Seguramente en lo personal este viaje al horror me ha hecho mejor persona. Pero necesito herramientas legales, que no las hay. Hay mucha apatía y de hecho hay muchos detalles que no puedo hacer públicos, siendo uno de los pocos o el único civil que lo visita.
Increíblemente en la Bahía hay muchas iglesias y siempre están llenas los domingos, y sin embargo las personas y los soldados que van allí parecen haber perdido la relación entre rogarle a sus dioses y el trato que les dan a estas personas.
Luego de realizar las torturas se los promueve para ascender en Guantánamo y de allí el otro ascenso es Irán.
En los últimos años he recibido muchas amenazas. Siempre la defensa dura un día y medio y es sin testigos. Cada cama es una celda de tortura y el sonido en el hospital es el grito de dolor de los heridos y torturados. Muchas veces cuando recuperan el conocimiento los obligan a pararse con los pies de punta, y cuando orinan usan su cabeza como trapo de piso, o ponen sus traseros desnudos en su cara y lo obligan a aspirar todo tipo de olores. Esas acciones degradan de otra manera”.
Durante meses tuvo que pelear mucho para conseguir que la Corte Suprema de Canadá le ordenara al gobierno, que entregue documentos de miles de páginas en relación al interrogatorio a los cuales había sido sometido Kadr. De este modo obtuvo 7 horas de grabación en video donde los agentes del Servicio canadiense de inteligencia y seguridad sometían al niño a un interrogatorio. Este corresponde a los 4 días entre el 13 y el 16 de febrero de 2003. Donde fueron borrados tramos enteros de la banda de sonido por motivos de seguridad nacional.
Una selección de estos es la base de un film que es casi obligatorio ver y donde claramente lo estético se subordina a todo lo que se desprende de lo expresado.
El presidente Obama prometió el desmantelamiento de Guantánamo, que hasta el día de hoy no cumplió, probablemente porque no tiene el poder necesario para hacerlo.
Pérez Esquivel expresó “que a los EE.UU. no les interesan las opiniones mundiales. Existe una violación sistemática a los derechos humanos, y tanto las cárceles de Irán, Turquía y Guantánamo obedecen a las mismas prácticas usadas por Bush y por Clayton. Todo es aterrador, aunque aquí se trata de un niño, que ahora tiene 25 años, donde cuenta la responsabilidad del gobierno de Canadá. Como sobreviviente de las torturas sabe como un hombre llega a esto y la forma en que lo hacen es a partir del consenso colectivo, es decir si todos actúan de la misma manera. Esto fue muy bien explicado por Silingo en Madrid respecto de la Argentina, donde él explicó como ese mecanismo le inducía a creer, que ese era el modo en que se podía escapar del Comunismo internacional, y cuando regresaban de tirar los cadáveres al mar, los recibían y les decían, que acababan de otorgarles una muerte cristiana”.
Ana Caccopardo adhería agregando “que estos mecanismos eran los mismos utilizados en la segunda guerra mundial y que en este sentido la situación de estas personas es un agujero político que resiste, ya que no existen las leyes ni los derechos”.
Los directores expresaban que “han hecho una película sobre Omar, pero podrían haber hecho una sobre otras personas maravillosas. Pero lo que más les impresionó de él fue la sabiduría y la ausencia del sentido de venganza. Y sobre todo el deseo de seguir viviendo, ya que los victimarios cada vez que alguien se suicida se lo plantean como una posibilidad aceptable, como un gesto para ser imitado en su situación, O cosas como hacer que se declare culpable con la promesa de dejarlo en libertad en 8 años, y comenzar avisándole de que para que esto salga, la burocracia necesita casi 2 años más”.
Publicado en Leedor el 27-10-2011