La guerra fría y la guerra caliente
El comandante Claus Pedersen y sus hombres se encuentran en Afganistán. Durante una misión de rutina, quedan atrapados en un fuego cruzado. Con el fin de salvar a sus hombres, Claus tomará una decisión que tendrá graves consecuencias para él y para su familia, una vez que regrese a casa. El juicio obligará al comandante a enfrentar a su conciencia, el juez más implacable. Una noche su hijo le preguntará: “¿Es cierto papá que vos mataste a niños?”.
En la primera parte se muestra por un lado la lucha en Afganistan y por el otro la batalla diaria que libra su esposa con los tres hijos. Y será allí, no en el frente, donde este soldado íntegro y valiente deberá poner a prueba su verdadera fortaleza. Una historia interesante y muy bien contada. La realización aprovecha a fondo el drama de conciencia que viven sus personajes. Es austera, enérgica, detallista, rigurosa y creíble. Tiene grandes trabajos actorales (la esposa y la fiscal). Y deja en el aire una pregunta decisiva: ¿Es culpable o inocente? El aporte al final de un testimonio inesperado (¿mentira piadosa?) define la suerte del juicio y también los contornos morales de un dilema que se juega en el corazón de este avergonzado y respetado comandante. La moraleja es la de siempre: la guerra aniquila todo y puede convertir en despreciables a los seres más queridos