Todos los países involucrados en la invasión a Afganistán conservan cicatrices, y esta película da cuenta de las penurias de un pelotón danés, luchando para mantener a raya al enemigo talibán. El comandante Claus Michael Pedersen (Pilou Asbæk) sufre una baja importante y el grupo completo se desmorona. Al otro lado del mundo, su mujer reclama contención para llevar adelante la crianza de tres hijos (el mayor, en la edad del pavo; el menor, disfuncional). Para colmo, una familia afgana les pide protección contra un grupo de talibanes, que presionan a los campesinos para chantajear y obligar al retiro de los soldados. Como era de esperar, reluctante al principio, finalmente Pedersen cede y el conflicto con los talibanes culmina en una matanza que incluye a civiles y menores. Pero la película (candidata al Oscar por mejor película extranjera) se detiene menos en el conflicto bélico que en el juicio que se le inicia al comandante por excederse en las acciones militares. El director Tobias Lindholm hace un minucioso cruce de escenarios y su película es un fino tramado narrativo, pero carece de ingenio para trascender al género y de nervio para amoldarse al mismo.