SONORIDADES
Hay documentales que transitan por caminos previsibles y que encuentran sus mayores hallazgos a partir de rasgos formales que por ahí no son totalmente decisivos, pero cuya especificidad alimentan las estructuras mayores. Es el caso de Ábalos, una historia de 5 hermanos, donde lo que se escucha es lo más interesante aunque no siempre sea el centro de su relato.
El film, co-dirigido por Josefina Zavalía Ábalos y Pablo Noé, aborda la historia de Los Hermanos Ábalos, que desde los años cuarenta hasta finales del Siglo XX desarrollaron una prolífica carrera en el folklore argentino, distinguiéndose con un estilo único y hasta inimitable. Sin embargo, ahora solo queda uno de ellos, Vitillo, quien emprende una particular misión: rescatar del olvido el variado repertorio del grupo. Para eso, contará con la ayuda de Juan, su sobrino-nieto, un guitarrista de rock que le propone grabar un disco en el que participan diversas figuras musicales.
La película busca ser un seguimiento documental de todo el proceso artístico, pero también pretende ser un relato sobre la memoria, los rescates de obras que parecen perdidas, los vínculos familiares revitalizados y la melancolía por quienes ya no están, y a pesar de que transita todas estas tonalidades con corrección, no llega a explotarlas por completo, por más que le saca mucho jugo a Vitillo, un personaje tan carismático como honesto en sus conductas. Pero donde Ábalos, una historia de 5 hermanos cobra mayor vitalidad y potencia es cuando se permite ser prácticamente un musical, con las canciones de Los Hermanos Ábalos como vehículo sonoro, plegándose sin obstáculos con las imágenes.
De hecho, Ábalos, una historia de 5 hermanos se ve normal y su historia –aún con sus variables ciertamente emotivas- no sale de lo normativo y previsible, pero suena muy bien. La sonoridad del film es distintiva y es la que salva algunos pozos narrativos, abriendo las puertas a un mundo que para muchos espectadores suele ser ajeno. El cine es principalmente imagen y movimiento, pero también sonido, y la música de los Ábalos demuestra tener plena carnadura cinematográfica.