Cuerpos fragmentados en película de horror no menos fragmentada
En "El secreto tras la puerta" ("The Secret Beyond The Door", 1948), la obra maestra olvidada de Fritz Lang, el arquitecto Michael Redgrave necesitaba compulsivamente reconstruir habitaciones en las que habían tenido lugar crímenes famosos. El villano de esta moderna película de terror de bajo presupuesto, "Abattoir", tiene una compulsión parecida pero va aun mas lejos, ya que directamente compra las edificios donde se han cometido crímenes para llevarse la habitación o el lugar propiamente dicho donde se haya cometido el homicidio.
Lastima que el director Daren Lynn Bousman, director de varios titulos de la serie de "El juego del miedo", da muchas vueltas para llegar a contar una historia que, por otro lado, sin dudas es bastante tirada de los pelos, y que para funcionar necesitaba una narración de pulso más firme. Por eso la película termina resultando muy fragmentada en partes desiguales, que incluyen un homicidio inicial, una investigación posterior sobre la habitación arrancada de una casa, la visita a un pueblo fantasma donde llevan todas las pistas, y la aparición del verdadero coleccionista de crímenes. A favor de "Abattoir" se puede mencionar la generosidad e imaginación de los detalles gore, algunos climas logrados, y no mucho más.