La búsqueda del terror
Una de las máximas constantes en el cine de terror es la búsqueda del origen del mal. Al igual que el policial de intriga, el interés en un film se puede sostener ante el misterio a resolver. Uno está esperando el porqué del fantasma, el porqué del cuchillero enmascarado, el porqué de la maldición en la casa. No es que toda película de terror sea así, pero existen muchas que se sirven de ese recurso para mantenernos atentos mientras algún gato del armario salta para asustarnos. Y muchas veces, una buena película de terror puede arruinarse por una explicación insostenible o estúpida, y otras (las menos) pueden sorprender gratamente por su resolución. Es claro que las mejores son aquellas que logran integrar el miedo con una buena explicación.
Abattoir: Recolector de Pecados (Abattoir) intenta atraparnos con esa premisa. Pero desde el comienzo notamos un uso extraño de la luz, actores de precaria capacidad de interpretativa y elipsis confusas. Miedo. Aunque no del que vinimos a buscar. La historia es la de una periodista de bienes raíces que tiene una hermana con un hijo enfermo. Mediante una rústica introducción, nos presentan a un detective/interés amoroso. Minutos después, sucede el crimen de la familia de la hermana. Todo abrupto y torpemente contado. Desde ese punto, se va a desandar un camino hasta Nueva Inglaterra, lugar donde parece estar el origen del horror.
Miedo. Aunque no del que vinimos a buscar.
Con la película hay varios problemas. Primero: el terror nunca nos arremete, apenas hay algunos momentos de leve incomodidad. El segundo (y más terrible): el misterio desde el que trata de sostenerse necesita la aparición forzada de elementos para que pueda seguir adelante. Su principal recurso es la aparición de personajes que lo explican todo. Lo peor de esto, es que aún así, no se entiende demasiado. Porque si hay que hablar de los motivos de sus personajes, resultan inexplicables. La hermana se sumerge en el peligro solo para saber la verdad, el policía la sigue ciego porque la quiere. Aún en un pueblo de desquiciados, ellos siguen porque “quieren saber”. Así de naive, así de inconsistente.
La elección del título de Abattoir sirve para entender la idea de la película. Abattoir significa matadero. Pero como su título, lo que originalmente podría ser temible, se pierde detrás de una ejecución enrevesada. Una película de insignificante horror, con actuaciones endebles, y un misterio que se arrastra junto al espectador, pidiendo clemencia.