El director Timur Bekmanbetov (Se busca) evidentemente debe estar bancado por la Mafia rusa, ya que de otro modo no se explica que un realizador tan mediocre como él siga trabajando en Hollywood donde maneja presupuestos millonarios.
Últimamente me di cuenta que existen los filmes malos y los que hace Bekmanbetov que están en otro nivel de ineptitud aparte.
En realidad el problema ni siquiera es que sus producciones sean malas. Soy fan de Hard Rock Zombies, Night Train to Terror y Payasos asesinos del espacio exterior, que son malísimas pero por lo menos te morís de risa.
El inconveniente con los trabajos de este sujeto es que hace filmes aburridos y descerebrados que encima están horriblemente filmados. Las secuencias de acción espantosas que realiza este tipo son indefendibles.
Evidentemente el 2012 no es el año de Tim Burton, quien no sólo se dedicó a aniquilar a un ícono de los vampiros como Barnabas Collins en la impresentable Sombras tenebrosas, sino que además fue responsable como productor de este bodrio.
Como historia de vampiros la verdad que es horrenda y la gran falla que tiene es que se trata de una producción que se toma extremadamente en serio a si misma con una propuesta que no resiste mucha seriedad que digamos.
Timur Bekmanbetov realmente espera que el público se conmueva con los sufrimientos familiares que viven Lincoln en su lucha con los vampiros y sus discursos políticos.
La narración en off de la trama es soporífera y hay momentos que ya no sabés si estás frente a una película o un audiolibro.
Si por lo menos tuviera un poco de humor uno la podría disfrutar por el lado de lo bizarro, pero ni siquiera eso.
El trabajo que hicieron con el maquillaje es penoso. No queda claro por qué al protagonista lo caracterizaron como Liam Neeson en lugar de Lincoln y por qué Dominic Cooper, el amigo vampiro del héroe, se peina como Ricardo Fort en pleno siglo 19.
Lo mismo ocurre con la escena final que transcurre en un bar en la actualidad.
¿Para qué?¿Qué sentido tiene?
Voy a dejar pasar que Lincoln se convierte en cazador de vampiros luego de pegarle a un árbol con un hacha. Ese es su gran entrenamiento.
Esta es una película extremadamente tediosa por su duración sádica de 105 minutos que se hacen eternos con una historia que carece de tensión, emoción y suspenso.
Las escenas de acción presentan un trabajo berreta de CGI, con sangre extremadamente artificial y un abuso descarado de la cámara lenta, que ni siquiera encontrás en las producciones de Roger Corman para el canal SyFy.
Hasta Dinocroc Vs. Supergator tuvo efectos visuales más decentes.
Que en pleno 2012 haya directores que en el trabajo con la acción todavía copien la primera entrega de Matrix, estrenada en 1999, es absolutamente patético.
El concepto de Lincoln como cazador de vampiros daba para hacer algo bizarro y divertido y este film no es ninguna de las dos cosas.
Simplemente un estreno olvidable que presenta la cara más mediocre de Hollywood.