Una familia en su intimidad
El cine de Milagros Mumenthaler, una cordobesa de origen suizo de poco más de treinta años, se apoya en mecanismos como la creación de atmósferas y la fijación de sentimientos. Lo hace en forma sutil y su resultado es casi documental, sólo que testimonia, en este caso, lo que pasa en una familia mayoritariamente femenina, que pierde su centro, una abuela que nunca conocimos y de la que nunca se habla, salvo en un fría conversación telefónica de una de sus integrantes: "Habla la nieta de Alicia que se murió del corazón en las fiestas".
Sofía, Marina y Violeta son hermanas. Se llevan como perro y gato. Se celan, discuten y hasta piensan que una de ellas es adoptiva. La adopción es un fantasma clásico (y a veces real) de la infancia y adolescencia, que habla de exilios y persecuciones del imaginario de todo humano que se precie. Chicas solas, sin contención, en el duro período de los quince y diecisiete años, a solas con un cuerpo que por sus cambios desconocen, atentas al vecino, representante de un sexo desconocido, ansiado y temido.
LA CASA DEL ANGEL
Este mundo que los jóvenes asocian a Lucrecia Martel o Albertina Carri, interesantes directoras argentinas, los veteranos lo remiten más allá, a Beatriz Guido, una escritora muy relacionada con el cine injustamente olvidada, cuyos libros Torre Nilsson desarrolló cinematográficamente. Porque de alguna manera, estas chicas son los temidos niños de "La caída", intentando sobrevivir solos.
Violeta puede ser la Vicenta de "La casa del ángel", espiando lo que ella cree pecaminoso y tratando de deshacerse de los muebles de la casa para exorcizar un pasado doloroso.
Mumenthaler reproduce el mundo de la casa con todos sus recuerdos. En detalle. Obsesivamente. Su siesta provinciana hipnotiza a estas hermanas en el hechizo de la adolescencia. Sólo alguna vez estalla, como Violeta (Ailín Salas), capaz de todo en su rivalidad con Marina (María Canale), la insegura.
LA CASA VACIA
Filme moroso, intolerable a veces, no apto para ansiosos ni hiperkinéticos. Ideal para melancólicos y reflexivos. Película difícil, con momentos que la acercan también a las otras sobrevivientes de una casa vacía, las chicas de "Nosotras sin mamá" de la también promisoria directora Eugenia Sueiro. Mumenthaler se revela, asimismo, como muy buena en la conducción de actrices. María Canale, Martina Juncadella y Ailín Salas dan a sus personajes verosimilitud y emoción.
"Abrir puertas y ventans" invita a la reflexión, con justo diseño de producción, buen acompañamiento musical y atractiva fotografía.