Abzurdah

Crítica de Nicolás Viademonte - Función Agotada

Si no hay amor que no haya nada

Cielo Latini (Eugenia Suarez) es una joven de 17 años de la ciudad de La Plata. Se autodefine como una adolescente anormal. Sin amigas y con una casi nula contención familiar las únicas interacciones de Cielo con personas se dan en una chat grupal de internet. Allí conoce a Alejo (Esteban Lamothe), un muchacho diez años mayor que ella con el que comienza una intensa relación amorosa.

El problema para Cielo surge cuando siente que su amor no es taaaaan correspondido y empieza a obsesionarse un “toquesaun” con el pebete en cuestión. Como decía el inmenso Indio Solari (sí, estoy citando al Indio en la crítica de un film protagonizado por la China Suarez ¿y qué?) en El Tesoro de los Inocentes, para ella si no hay amor no tiene que haber nada, solamente sufrimiento y más sufrimiento. Sin Alejo, su alma no regatea la tristeza y esa depresión deriva primero en la bulimia y luego en una profunda anorexia. Como si esto fuera poco, su obsesión por él empieza a volverse cada día más peligrosa tanto para ella como para los demás.

Abzurdah está basada en el libro homónimo escrito por la propia Cielo Latini y la adaptación a la pantalla grande corrió por cuenta de Daniela Goggi. Este segundo opus de la realizadora de Vísperas presenta una clara intención de evitar caer en el melodrama impuesto per se por la historia sin dejar de lado poder traspasar la importante gravedad de la misma. Se trata la anorexia con nombre y apellido, con el respeto y tono justo. No hay en Abzurdah juzgamientos o villanos, simplemente hay gente que hace lo que puede con los problemas que se le van presentando en su vida. La relación de Cielo y Alejo es tóxica y se retroalimenta a mansalva de la obsesión de ella y la manipulación de él, pero ninguno de los dos podría ser clasificado como “héroe o heroína” o “enemigo o enemiga”. Goggi relata con mesura y calma los pesados conflictos de la protagonista, los despliega con una distinción destacable, aunque lamentablemente el desenlace se desarrolla de manera tan abrupta que termina dejando una sensación disruptiva con la presteza narrativa con la que se venía contando acertadamente la película.

La China Suarez pasó de ser una ser una arriesgada jugada a la carta más fuerte de Abzurdah.
Presentar a Eugenia Suarez en el cine fue una importante apuesta de Abzurdah. La China, dueña de una belleza imposible de magnificar, tiene con una llegada masiva al público cautivo de la novela, pero resulta interesante como su debut en la gran pantalla terminó pasando de ser una arriesgada jugada a la carta más fuerte de la película. Su Cielo Lentini es sutilmente tan frágil como palpable, tan anómala como distante, tan nebulosa como fascinante, es un personaje con él que resulta difícil de simpatizar pero imposible de dejar solo ante semejante padecimiento. Sin dudas gran parte del suceso taquillero y artístico de Abzurdah se debe al sorprendente desempeño de la muchacha que saltó a la fama con su rol en Casi Ángeles.