En el centenario del genocidio armenio, un taller de cine en un colegio de esa colectividad es la excusa para ver cómo se conserva la historia y se la reconstruye.
Es probable que el lector no conozca a Hernán Khourián, un más que interesante (es bueno además, aquí no usamos “interesante” para tirar la pelota afuera) realizador argentino volcado a lo experimental y lo documental.
Aquí, además, toca sus raíces: en el centenario del genocidio armenio, un taller de cine en un colegio de esa colectividad es la excusa para ver cómo se conserva la historia y se reconstruye o construye la historia.