Los accidentes automovilísticos son esculturas artísticas instantáneas, hechas en segundos, al menos para un cierto fotógrafo bonaerense que pasa las noches en su auto, en busca del accidente perfecto. Otro hombre trata de encontrar al legendario chupapijas que se encuentra en los oscuros laberintos de un boliche. Las historias se desenvuelven, del hombre que tiene un transplante cardíaco y despierta con extraños poderes artísticos, a la mujer que recibe la última carta de su marido, escrita justo antes de morir congelado en una de las expediciones polares más dramáticas de la historia.