Todo lo que nunca se debe hacer en un film
Esta película fue filmada en el 2008 por el veterano Juan Carlos Desanzo, según libreto del productor Julio Bove y con el título de rodaje «Verano amargo». Alguna amargura dentro de la empresa productora habrá pasado, para que el director de «El amor y el espanto» y «El polaquito» se alejase del proyecto. El resultado final, que lleva copyright del 2010, está firmado por Bove, hombre que acusa estudios en EE,UU, pero ahora puede recibir otro tipo de acusaciones por parte del público que concurra a la sala.
Es que en la pantalla se nota algo así como «el bruto» de lo que pudo ser un buen drama de suspenso enmarcado en un momento histórico. Diciembre de 2001, gente apiñada frente a la sucursal de un banco sin fondos, un matrimonio entra con amparo judicial para retirar el dinero que le consiguió el gerente, indispensable para la operación quirúrgica del hijito, y también entra un viejo cargoso a revolver cajones, reclamando sus ahorros para el pago de insulina. De pronto saca una granada, y anuncia que se jugará el todo por el todo. Encima afuera hace calor.
Bien hecho, esto hubiera podido emparentarse con «Tarde de perros», y a veces se le acerca un poco. Pero no llega. Se lo impiden defectos de guión y diálogos, insertos de griterío costumbrista en la vereda, un elenco irregular, una música omnipresente, y un final confuso (pero afortunadamente feliz). Salvan su parte Gabriel Corrado como el gerente de banco y Gustavo Garzón como el comisario a cargo, aunque ambos daban para mucho más. Protagonista, Federico Luppi, en rol de pianista indignado. Disfrazada en la vereda, Esther Goris. Película útil para analizar en las escuelas lo que no se debe hacer.