Después de tantas remakes fallidas que hizo Hollywood sobre filmes de terror japoneses en los últimos años era cuestión de tiempo que los orientales se cobraran su venganza.
Actividad paranormal 0 es la versión japonesa de la película que presentó en el 2007 el director Oren Perli, que fue inflada con una gran campaña de marketing.
La segunda parte dentro de todo resultó un film mucho más sólido en términos narrativos, donde el misterio se presentaba desde las primeras escenas con una dirección mucho más fluida.
Lamentablemente no ocurre lo mismo con la versión japonesa que es un bodrio absoluto.
Un panorama similar a lo que pasó hace poco con Apollo 18.
Se trata de una propuesta que si querés podés entrar al cine a verla cuarenta minutos tarde que no te vas a perder de nada importante.
Los momentos más interesantes que nos recuerdan que este estreno en teoría se suponía que era un film de terror vienen al final y tampoco son gran cosa.
La verdad que es una falta de respeto al género ubicar este film dentro de la categoría de horror.
El único espanto que causa esta producción es el tedio que genera la historia durante casi 90 interminables y tortuosos minutos.
Creo que ya se le está tomando el pelo a la gente con estas muestras de vagancia descomunal a la hora de producir un largometraje.
Tomar una cámara para filmar boludeces que no tienen un mínimo sostén argumental no significa necesariamente hacer una película. Los planos y los montajes son herramientas que existen por una razón dentro de este arte.
La única diferencia notable de esta versión con el film original es que los japoneses usaron cámaras de alta definición y la imagen es mejor.
Después en esta producción no hay ningún tipo de tensión, misterio y no ayuda tampoco que los momentos de sustos encima recurren a los mismos recursos que se vieron en la primera película.
Otra propuesta mediocre e intrascendente que aburre y la larga refleja claramente que esta fórmula de contar historias de terror está totalmente agotada.
Una vez más, gracias James Wan por La noche del demonio.