Y aquí no ha pasado nada
En Versión japonesa.
Lo común es que en los Estados Unidos adapten historias de terror surgidas por mentes japonesas, y no al revés. Hecha la salvación de que Actividad paranormal 0: el origen no es el origen de nada, o si lo es, es de un saga nipona que habrá de continuar o no (la estadounidense ya va por la tercera parte, que se estrena en breve), queda claro que si la película de Oren Peli no era pecisamente un dechado de originalidad, su versión oriental, tampoco.
Por si usted se la perdió, Actividad paranorma l trataba sobre una pareja que sentía que algo extraño sucedía en su casa por la noche, y decidía poner una cámara para registrar fenómenos paranormales. Objetos que se mueven, y esas cosas. Aquí no es una pareja sino dos hermanos. Haruka regresa de un viaje a los Estados Unidos con dos piernas fracturadas de souvenir. Postrada, queda al cuidado de su hermano Koichi, ya que papá salió en viaje de negocios.
La primera noche, la silla de ruedas se mueve. La segunda, ponen un montoncito de sal gruesa, y se desparrama. Todo es registrado por la cámara. Cuando Haruka se despierta porque siente que “algo/alguien/loquesea” la toca, su hermanito corre hacia su cuarto por las escaleras. Pero Haruka se la pasa gritando, y Koichi –por algún extraño motivo que, como tanto en esta película, no se explica- nunca enciende la luz. Por suerte no se choca con un mueble, un fantasma ni con nada.
La película no sólo no asusta sino que no provoca. Bueno, algo de risa, sí, y debido a que cuando Koichi esté más o menos desesperado, y busque a Haruka y no la encuentrae en la casa, la llame “hermana, hermana”, que dicho en japonés se entiende algo parecido a “Mecha, Mecha”. Pero que la hermanita se llame Mecha o Haruka, da igual: es mejor perderla que encontrarla.